viernes, 18 de junio de 2010

SUBVERSIVOS MARXISTAS: ¿INOCENTES “JOVENES IDEALISTAS” O SOLDADOS CON EJERCITOS PROPIOS Y GUERRA DECLARADA? (PARTE II)

Parte de Guerra del Ejército Montonero, de junio de 1977. Se advierte que los "idealistas" hasta tenían Jefatura de Estado Mayor propio, dividido en zonas. Entonces, ¿no hubo una guerra en los años 70? ¿Tiraban flores y jazmines los terroristas "jóvenes idealistas"?

La exigencias ”idealistas” y “democráticas” se hacían sentir a través del accionar del Ejército Montonero y sus milicianos. Es que los “jóvenes idealistas” de la Organización Montoneros llegaron a la conclusión de que la mejor forma de ver cumplidos sus objetivos “idealistas” era mediante la estructuración de un ejército subversivo con grados militares y fábricas de armamentos propias.

Eso sí, cuando llegó la hora de ir y hacer una guerra buscada e instigada desde el exterior, la Conducción Nacional de la Organización Montoneros y su Ejército se escapó a Europa promediando 1977, dejando a sus cuadros inferiores y a sus milicianos en el más crudo desamparo, al punto de auspiciar la macabra ingesta de la pastilla de cianuro en caso de que su cuadros fueran capturados.



LA GUERRA POPULAR INTEGRAL CONTRA EL PERONISMO

Veamos cuán “idealistas” fueron y cómo trataban de “evitar” la guerra civil a toda costa los delincuentes subversivos Montoneros, de acuerdo a sus propias fuentes hoy ocultadas miserablemente:

En su Resolución del 6 de septiembre de 1974, la Organización Montoneros resolvía lo siguiente:


“1°) Volcar todas las fuerzas para encabezar la resistencia popular contra la ofensiva imperialista y oligárquica que ha logrado copar las posiciones claves del gobierno poniendo a éste al servicio de sus intereses.

2°) REASUMIR las FORMAS ARMADAS DE LUCHA las que juntas con todas las otras formas (actos, movilizaciones, huelgas, caños, etc.) constituyen la GUERRA POPULAR INTEGRAL, que impulsaremos hasta que se modifiquen las circunstancias enumeradas anteriormente (…)”.


Leemos bien: en septiembre de 1974, en pleno gobierno peronista, la Organización Montoneros llamaba a la reasunción de una GUERRA POPULAR INTEGRAL. Huelgan palabras.

Ya constituido el Ejército Montonero, a comienzos de 1975 –todavía bajo un gobierno constitucional- los delincuentes subversivos ya tenían la suficiente capacidad operativa para llevar a cabo ataques simultáneos y altamente mortíferos. La revista “Evita Montonera” de enero/febrero de 1975, en sus páginas 9 y 12, así anunciaba una serie de ataques efectuados por la Organización Montoneros:


“La presencia de Montoneros y de las milicias también se hizo sentir en el plano militar. Ajusticiamiento del oligarca José María Paz. Voladura de doce máquinas cosechadoras integrales; incendio de otras dos máquinas por las milicias; ocho bombas en compañías azucareras; casas de directivos de las empresas, etc. Ametrallamiento del domicilio y voladura del auto del vandorista Lucas Santillán. Las milicias y los activistas de las agrupaciones actuaron en más de 20 actos relámpagos con roturas de vidrieras e incendio de locales. También realizaron campañas psicológicas mediante llamados telefónicos constantes a las fuerzas represivas”.

¿Estarán cobrando subsidios por parte del Estado Nacional los delincuentes subversivos que cometieron los anteriores incendios y ametrallamientos, y que hicieron también las llamadas amenazantes? Lindos ejemplares fueron los “jóvenes idealistas”… Hay más.

En otro número de “Evita Montonera”, los infiltrados marxistas detallaban los ataques criminales que sus sectores militarizados llevaron a cabo el 16 de septiembre de 1975 (todavía bajo el gobierno de María Estela Martínez de Perón):

“Con una organización con disciplina el 16 de septiembre miles de compañeros atacaron objetivos prefijados: marcaron el inicio de la Segunda Resistencia y demostraron que las milicias peronistas son posibles. Los compañeros operaron organizados en PELOTONES y se establecieron tres niveles según actuaran en operaciones de ataque, propaganda o apoyo.

Dividimos la Capital en varias zonas, teniendo en cuenta la distribución de las fuerzas enemigas en el territorio. Para cada una de esas subzonas se conformó un COMANDO encargado de centralizar la información operativa, de seleccionar los objetivos y de establecer la relación de las operaciones de ataque con las de propaganda, apoyo y distracción.

Estos comandos zonales estaban dirigidos por el COMANDO GENERAL del operativo, encargado de coordinar las acciones de las subzonas entre sí, de decidir la cantidad de operativos a concretar, de establecer la calidad de los objetivos para cumplir con el plan de golpear sobre distintos representantes del enemigo. También desde el comando general resolvimos los textos de los volantes y mariposas y fijamos las horas de iniciación y culminación del operativo”.


Nótese la cantidad de términos militares que empleaban los soldados del Ejército Montonero. Después, la estupidez mediática y los lucrativos organismos de “DD.HH.” (Madres y Abuelas de Plaza de Mayo) pretenden decir que en el país no hubo una guerra.

En esa misma explicación, seguían narrando los subversivos marxistas:
“En cada subzona se conformaron GRUPOS OPERATIVOS, cada uno con un JEFE DE GRUPO dirigido directamente por el comando zonal. Según los distintos niveles fijados, se integraron grupos de 15 a 50 compañeros. El plan general se cumplió con un alto porcentaje de efectividad como lo demuestra el hecho de que se realizaron más del 90% de los objetivos planteados con una ínfima cantidad de detenciones.

La participación de los compañeros en la ACCION DIRECTA fue realmente masiva. Unos 1.500 muchachos y chicas actuaron en las roturas, cortes de calles, colocación de volanderas, caños falsos, etc. Los compañeros de más edad TRANSPORTABAN bombas molotov en sus bolsas de feria hasta los puntos indicados y varios pelotones de viejos militantes veteranos de la primera resistencia, tuvieron participación activa en cortes de calles. Otros compañeros dieron apoyo de distintos tipos como prestar sus casas para preparar los elementos a recibirlos en la desconcentración posterior, cumpliendo funciones de RETAGUARDIA COMO ES HABITUAL EN LAS GUERRAS POPULARES”.


La sofisticación del Ejército Montonero, nos hace suponer que se trató del ejército subversivo más impresionante de los años 70 del siglo XX, ni siquiera comparable al tamaño y efectividad del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo), si bien tanto la Organización Montoneros como el PRT-ERP luchaban, el primero en zonas urbanas, y el segundo en zonas más bien rurales, cada una de las cuales tenía sus propias características.


PARTES DE GUERRA DE LA SUBVERSION

Roberto Cirilo Perdía y Mario Eduardo Firmenich, comandantes del Ejército Montoneros. Esta rara imagen los muestra con sus respectivos uniformes. Según un comunicado de 1977, la Organización Montoneros hacía una descripción del uniforme que vestían sus soldados, que llevaba boinas tiradas hacia un costado, camisa azul y botas negras. Imitando al Ejército Argentino, también tenían uniforme de verano.

Cada acción llevada a cabo por el Ejército Montonero de la Organización Montoneros, era descripta en un “Parte de Guerra” que oportunamente daban a conocer en los diarios y revistas que les eran afines. De los cuantiosos “Partes de Guerra” que lanzaron los terroristas “jóvenes idealistas”, hay 2 que guardan detalles asombrosos acerca de cómo la Organización Montoneros asumía una guerra que, al presente, se niega con máximo descaro:

A) Uno corresponde al que redactaron los subversivos en Formosa el 6 de octubre de 1975, en ocasión de haber atacado el Regimiento 29 de Infantería de Monte del Ejército Argentino, a través de una ACCION MILITAR, término que los propios delincuentes marxistas emplean en el documento.

En él, quedan consignados los estamentos físicos del Ejército Montonero (o, como le llaman en el parte, Ejército Popular), el cual estaba compuesto por:

*) Secciones de Combate
*) Grupos de Combate
*) Pelotones de Combate

Fue la Sección de Combate “Fred Mario Ernst” del Ejército Montonero la que ofició de mando único y centralizado para el operativo de Formosa. A su vez, dicha Sección estaba conformada por los Grupos de Combate “Carlos Tuda” y “Zulema Williams”, los cuales “operaron simultáneamente y sincronizadamente”. Por último, y basados en el “Parte de Guerra” del 6 de octubre de 1975, ambos Grupos de Combate totalizaban un total de 7 Pelotones de Combate.

Este documento también está lleno de términos militares: los subversivos marxistas hicieron una “ocupación militar”, intentaron recuperar “armamentos y pertrechos”, tuvieron “bajas”, “impartieron” órdenes y establecieron una “base de fuego” para resistir la metralla de los efectivos de la policía tucumana y de Gendarmería Nacional.

Por otra parte, los milicianos o soldados del Ejército Montonero estaban adiestrados hasta para señalizar una pista de aviones en medio de un sembradío o campo, con la idea de hacerlos aterrizar en esos mismos lugares para luego emprender la fuga de las zonas de combate. Y tal como lo señala uno de los últimos párrafos del “Parte de Guerra” de Formosa, la Organización Montoneros ya efectuaba acciones militares y paramilitares:

“Con esta acción [copamiento del Regimiento 29 de Infantería de Monte] nuestra Organización comienza a desarrollar un Ejército regular que junto al conjunto del accionar militar y paramilitar que ya se ha efectuado y que se seguirá haciendo, perfilan ya claramente las sólidas bases de un Ejército que nutriéndose del Pueblo, se irá desarrollando progresivamente como una de las fuerzas decisivas que permitirán la toma del poder del Pueblo de la Patria”.

B) El otro “Parte de Guerra” que nos interesa, por cuanto revalida lo analizado en el de octubre de 1975, es el redactado el 2 de julio de 1976. Este documento hace referencia a la bomba criminal que estalló en la Superintendencia de Seguridad Federal, en Buenos Aires.

Vamos a transcribirlo para que vean ustedes, lectores, la cantidad de léxicos relacionados y emparentados al militarismo desplegado por los “jóvenes idealistas” que hoy, por injerencia de las políticas de subversión cultural gramscianas, son presentados a la sociedad como “héroes” de la patria:


“PARTE DE GUERRA. BUENOS AIRES, 2 DE JULIO DE 1976

A nuestro pueblo: En la mañana del día de la fecha, el Pelotón de Combate “Sergio Puigross” del Ejército Montonero, aprovechando una falla en el dispositivo de vigilancia y control de la Superintendencia de Seguridad Federal (ex Coordinación Federal), colocó en su sede central un artefacto explosivo. Cumplida su misión, los compañeros se retiraron sin novedades y, posteriormente, tal como estaba planificado, el artefacto detonó a las 13:20 en el comedor de esa dependencia.

Los medios de información del Ejército Montonero estiman en 85 el número de bajas causadas al enemigo, de los cuales 25 son muertos. No se descarta el que esta cifra pueda llegar a ser superior. Los daños causados al edificio son importantes, estimándose que la capacidad operativa de este centro represivo quedó seriamente afectada por un lapso de tres meses.

Este HECHO DE GUERRA demuestra –como lo demostraron en su momento, las ejecuciones de los torturadores Villar y Cardozo- que no puede haber lugar seguro para los que responden a la resistencia de los trabajadores con el secuestro, el asesinato y la tortura.

Viva la patria. Hasta la victoria final.

MONTONEROS”.


Estas son, apenas, algunas muestras de algo que todavía niegan los remanentes subversivos del siglo XXI, que es que en la década de 1970 hubo una guerra real y concreta.