lunes, 20 de febrero de 2017

FILIACIONES INTERNACIONALISTAS DE PARTIDOS ARGENTINOS



En una nota suscrita por Guido Carelli Lynch para el diario “Clarín” del 29 de enero de 2017, se mencionaba el ingreso del partido gobernante PRO (Propuesta Republicana) a la Unión Demócrata Internacional (IDU), que, como su denominación lo indica, es una internacional como las que, desde el siglo XIX y bajo otro espectro ideológico sistémico, levantaba el comunismo para definir políticas globales.

El caso aludido tiene su sede en la ciudad alemana de Munich, y hasta allí viajó Federico Pinedo –senador bonaerense del PRO- para “oficializar el ingreso de Propuesta Republicana, el partido fundado por Mauricio Macri (…) a la Unión Demócrata Internacional”. A esta suerte de club privado se ingresa previa aceptación de las partes, que, en esta oportunidad, votaron unánimemente por la inclusión del PRO en la internacional.

El sayo para el partido ingresante es el de definirse como de ‘centroderecha’, y aúna a 56 partidos de ese signo ideológico que provienen de diferentes geografías mundiales. El Partido Popular (PP) de España –uno de los máximos responsables de la invasión a Irak por parte de los EE.UU. en 2003- está en esta trama, lo mismo el Partido Conservador inglés, el Partido Liberal de Australia y, desde luego, el Partido Republicano del multimillonario Donald Trump (Estados Unidos), entre otros más.

La puja entre los adversarios del mismo sistema (nuevo orden mundial) ahora es, según resalta en la nota, entre populismos de izquierda vs. centroderecha liberal-conservadoras. Lo curioso del tema, es que la IDU debe su fundación a, entre otras personalidades, Margaret Thatcher, la ex primera ministra conservadora de Inglaterra, el 24 de junio de 1983. ¿Otros fundadores? George W. H. Bush y el también ex primer ministro alemán Helmut Kohl.

El PRO no es la única fuerza política que pertenece a una Internacional. El caso más emblemático en la materia la constituye la Unión Cívica Radical (UCR), que, con el paso del tiempo, pasó de ser un partido de ideología nacional, popular y krausista, a devenir en un inamovible integrante de la Internacional Socialista.

El 30 de octubre de 2004, en un “congreso doctrinario” celebrado en el Hotel Panamericano de Buenos Aires, la UCR dejó sentada en documentos su mantenimiento en aquella Internacional pero dentro de su vertiente Socialdemócrata.[1] Recuérdese que la socialdemocracia surge en Alemania entre las décadas de 1870/80 y puja por colocarse en la vanguardia del pensamiento marxista durante la Segunda Internacional fundada en París en 1889. En esta instancia, perderían a manos del más radicalizado Vladimir Illich Ulianov (Lenin), que promovía el asalto al poder para la instauración de la dictadura del proletariado, la subversión de los valores culturales tradicionales y la lucha de clases.

De hecho, los socialdemócratas plantean la ejecución ‘gradual’ de reformas que lleven a la emancipación de los estratos obreros, todo bajo la participación y aceptación de las reglas del sistema democrático liberal. La nota del diario “La Nación”, dice en su anteúltimo párrafo que

“Mientras el PRO se ladea hacia la derecha en Occidente, sus socios radicales de Cambiemos son un miembro histórico de la Internacional Socialista. En febrero del año pasado, la UCR fue expulsada de la rama juvenil de la agrupación de izquierda por “acompañar a la derecha” en Argentina.”[2]

Este tipo de contactos con organizaciones mundialistas por parte de los partidos políticos PRO y UCR, desnuda la dependencia ideológica que hoy tiene, más que nunca, la política criolla con sus mandantes foráneos. Para agregar un ingrediente más a toda esta maraña, recordemos la nota de Gustavo Molina titulada Los vínculos con Tupac Amaru y la masonería, que, publicada en Clarín del 13 de septiembre de 2015, desnudaba los vínculos entre aquella organización indigenista con esta sociedad secreta de gravísima injerencia en la política y la historia argentina desde 1810 en adelante.

¿Se acuerdan del caso? Sergio Costigliolo era, hasta esa fecha, el Jefe de la Organización Tupac Amaru en la Provincia de Córdoba –a nivel nacional, esa organización la manejaba la delincuente y rea Milagro Sala-. Agrega la nota de Molina que Costigliolo

“(fue) militante comunista en los ’80 con amplio trabajo territorial; líder de la organización Tupac Amaru en Córdoba hasta hace unos meses; y Gran Consejero de Piedad y Unión, sociedad secreta que integra la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones.”

Para no olvidarlo: Sergio Costigliolo fue detenido en septiembre de 2015 por falsificar dólares.

José Antonio Primo de Rivera escribió en agosto de 1935, desde Madrid, que para elevar y fortalecer a una nación había que tener una política basada en dos características fundamentales: que sea revolucionaria y tradicional.

“He aquí la tarea de nuestro tiempo –afirmaba el co-fundador de la Falange Española-: devolver a los hombres los sabores antiguos de la norma y del pan”, entendidos aquí como el orden y el trabajo. Porque a esos hombres hay que hacerles ver que “la norma es mejor que el desenfreno; que hasta para desenfrenarse alguna vez hay que estar seguro de que es posible la vuelta a un asidero fijo”. Y cuando hacía una crítica a la economía liberal de las potencias occidentales, Primo de Rivera oponía el concepto de que había que “volver a poner al hombre los pies sobre la tierra, ligarle de una manera más profunda a sus cosas: al hogar en que vive y a la obra diaria de sus manos”.[3]

Y casi como un calco de lo que hoy acontece en la Argentina, Primo de Rivera anotaba algo insospechado para quien osara acomodar sus políticas vernáculas a los dictámenes de internacional alguna, como lo era entonces el peligro de caer España bajo un gobierno republicano que parecía dispuesto a quedarse con la heredad católica y tradicional:

“Una victoria socialista tiene el valor de invasión extranjera; no sólo porque las esencias del socialismo, de arriba abajo, contradicen el espíritu permanente de España; no sólo porque la idea de Patria, en régimen socialista, se menosprecia, sino porque, de modo concreto, el socialismo recibe sus instrucciones de una Internacional. Toda nación ganada por el socialismo desciende a la calidad de colonia o de protectorado.”[4]

A lo dicho, y regresando al terruño argentino, el mismo análisis cabe para aquellas patrias donde gana el liberalismo o cualquiera de sus variantes, sean potentes o débiles, porque no están poseídas de doctrina nacional.


Por Puñal Mazorquero

[1] “La UCR, firme en la socialdemocracia”, por Laura Capriata, Diario La Nación, 31 de octubre de 2004.
El más firme aliado de Raúl Ricardo Alfonsín durante su presidencia (1983-1989) fue Felipe González, presidente español y máximo dirigente del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) por esos años.

[2] “El PRO ingresa a la liga mundial de los partidos políticos de derecha”, por Guido Carelli Lynch, Diario Clarín, 29 de enero de 2017.

[3] “Obras Completas de José Antonio Primo de Rivera”, La Tradición y la Revolución (Madrid, Agosto de 1935), Delegación Nacional de Prensa y Propaganda de la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, Madrid, Julio de 1942, páginas 526 y 527.
  
[4] Op. cit., Carta al General Franco (Madrid, 24 de septiembre de 1934), página 711.