domingo, 10 de diciembre de 2017

ELISA MARIA AVELINA CARRIO, ¿QUE HACEMOS CON LA MASONERIA?



Antes de responder la pregunta retórica del título, debemos señalar lo siguiente: que dentro de la inmensa mediocridad y pusilanimidad que hoy tiene, como valor intrínseco, la clase dirigente política argentina, la Dra. Elisa María Avelina Carrió plantea, muy de vez en cuando, y ante los medios ‘políticamente correctos’, algunos términos que reflejan un cierto conocimiento real de las cosas –en este caso, de la política en sí-.

            Fueron al menos dos las ocasiones que empleó Carrió en los mass media para esbozar el término “Masonería”, la primera vez el 27 de octubre de 2015 y la segunda el 22 de mayo de 2017. En ambas citas, se interpretó un empate virtual respecto a la opinión personal que tiene la abogada chaqueña sobre dicha sociedad secreta, en el sentido de, por un lado, perdonar su intervención cuando la batalla de Pavón en 1861, y, del otro, denostarla por amparar, entre sus miembros, a delincuentes de la talla del integrante de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Dr. Ricardo Luis Lorenzetti. Pero veamos en detalle ambas intervenciones de Elisa Carrió para mejor atender a la pregunta del título de esta nota.

            Entrevistada por el periodista Alejandro Fantino en su programa “Animales Sueltos” por el canal América TV, el 27 de octubre de 2015, Carrió dijo: “Yo soy urquicista […] Urquiza se retiró de Pavón por algo masónico, pero dictando previamente una Constitución…”. Esto quiere decir, para la hoy diputada nacional Carrió, que el general Urquiza efectivamente entregó el país para que tenga una imperecedera matriz liberal, todo en aras para que la Argentina glorifique un libro con letra muerta, porque nadie la cumple, que se denomina Carta Magna o Constitución Nacional, sancionada por influjo del entrerriano en 1853. Y según la interpretación de las palabras de Carrió, poco interesaría que nuestra nación haya sido arrastrada hacia las políticas mundiales dictadas por Gran Bretaña –que deseaba nuestra entrada al sistema liberal- por acción directa de la Masonería local. Esto no tendría importancia para ella; la batalla de Pavón fue, simplemente, por “algo masónico”, nada más.

            En cambio, la segunda vez que apareció de sus labios el término “Masonería” fue cuando la entrevistó Joaquín Morales Solá en su programa “Desde el llano”, que se transmite por TN, el 22 de mayo de 2017. Esa noche, Elisa Carrió cambió su aparente benevolencia hacia algo tan trágico y criminal como es la sociedad secreta masónica. Dijo esa vez:

            “Jueces federales viviendo en el mismo country donde vivía [Álvarez] Meyendorff, que fue condenado y procesado por tráfico de drogas, ¿no se dieron cuenta de nada nunca? […] El presidente de la Corte [Lorenzetti] es muy amigo de De Vido. Mire, yo lo he visto bajar de un piso, en avenida Del Libertador, donde vive Sergio Gotti –que es de los Gotti que quedaron con Lázaro Báez-, al presidente de la Corte con De Vido, con Lázaro […]

            “Además voy a decir algo más fuerte, que quizás me imputen ‘Carrió está delirando’, pero tengo los testigos. Se han configurado diversos grupos a lo largo de la historia argentina, de especies de logias, masonería, como en Uruguay, ¿no? Bueno, hay una [logia] que se llama Roque Pérez. Y se llama My Friend. ¿Y usted sabe que, me parece, que varios jueces federales, el Presidente de la Corte [Lorenzetti] y otros, son My Friend? Integran esa logia con empresas constructoras, con gobernadores…tengo los lugares donde se reúnen, donde hacían los asados. Entonces, lo que la gente tiene que entender es que esto es transversal […] Que acá la mugre es transversal.”

            Analicemos un poco el tema. Esta vez, Carrió admite, por un lado, que la Masonería configuró las marionetas del poder político y judicial de la Argentina a su antojo, de allí la mención que hace de que “la mugre es transversal”. Luego se sobreentiende de sus palabras que la Masonería enmugrece las cosas, por lo tanto, es una sociedad secreta altamente negativa. Tercero, que la orden masónica une a empresarios, jueces, políticos y banqueros sin interesar el tipo de ideología que tengan, por eso, como decía alguien, la Masonería es uno de los componentes de ese conglomerado en apariencia ilógico, pero real, llamado Sinarquía.

            En días recientes, más concretamente el sábado 2 de diciembre de 2017, Elisa Carrió amenazó con dejar el Frente Cambiemos, que lidera la fuerza política del presidente Mauricio Macri, por el acuerdo que se estableció con Daniel Angelici y el operador político Enrique Carlos Coti Nosiglia a nivel judicial y político, respectivamente.

            Nosiglia, desde luego, emerge en todo esto desde las penumbras, donde siempre supo moverse con total tranquilidad e impunidad, y al amparo de la fuerza política que lo cobijó: la Unión Cívica Radical (UCR).

            Por otra parte, Nosiglia sigue siendo un personaje harto detestable de la democracia, el cual, por su maquiavelismo, no dudó en ser hasta funcionario del ilegal Proceso de Reorganización Nacional de 1976-1983. No obstante, lo intocable de su ser se debe, justamente, a que es miembro de la Masonería, como el general (R) Martín Balza, el conductor Silvio Soldán, Jorge Telerman, Sergio Bergman y tantos otros figurones.

            La prueba más concreta de la pertenencia de Enrique Nosiglia a la Sinagoga extinta -como le llamó el jesuita Monseñor León Meurin-, es lo acontecido el lunes 6 de diciembre de 2004, cuando asistió a un restaurante de Costanera Norte, donde se celebraba una cena de despedida del año de la Masonería Argentina. Nosiglia compartió esa cena con Jorge Vallejos –entonces Gran Maestre de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, Daniel Hadad, Jorge Vanossi (ex ministro de Justicia y DD.HH. en 2002), el diputado socialista Héctor Polino, el abogado Ricardo Monner Sans, y los jueces federales Rodolfo Canicoba Corral y Claudio Bonadio. Esta información la suministra, oportunamente, el diario “Clarín” en una nota publicada el 8 de diciembre de 2004 bajo el título Jueces y políticos de todo color en la cena findeañera de la masonería argentina.

            Creemos que la doctora Carrió sabe que Enrique Nosiglia es un masón delincuente de lesa patria, y que su membresía le permite hacer sugerencias ‘de peso’ ante el presidente Macri, los gobernadores provinciales o los ministros de la Nación. Práctica que viene ejerciendo desde 1983 cuando se instauró la democracia, ese vil sistema político en que se le hace creer al pueblo que tiene la potestad de tomar decisiones de Estado emitiendo un papel llamado “voto” cada dos años.

            Quedará por saber, entonces, qué hay que hacer con la Masonería, ¿no es cierto, doctora Carrió? Si se la destierra como el cáncer que es, o si, por el contrario, seguiremos viviendo los argentinos bajo su yugo insoportable, ¿no es cierto, doctora Carrió? Y un último interrogante: Usted, doctora, ¿está a favor o en contra de la Masonería?


Por Restaurador de refalosa

martes, 5 de septiembre de 2017

LA EDAD JUBILATORIA Y EL CONTROL DE LA NATALIDAD



Salió publicado el 18 de agosto próximo pasado en el diario “La Nación” de Buenos Aires, una editorial cuyo título refleja una problemática de este tiempo: El necesario aumento de la edad jubilatoria, decía, el cual estaba abordado desde varios puntos de vista. El que más llamó mi atención, y que guarda íntima relación con lo más clásico del pensamiento liberal, lo encontré casi de inmediato, en el segundo párrafo, que decía esto:

            “Los sistemas previsionales de reparto han sufrido en el mundo el fenómeno de un aumento más rápido de la cantidad de jubilados que de aportantes. La prolongación de la esperanza media de vida y la disminución de los nacimientos explican esta situación. La medicina ha logrado y seguirá logrando vencer enfermedades que antes eran mortales y, por otro lado, los CAMBIOS CULTURALES han llevado a UN MAYOR CONTROL DE LA NATALIDAD y a una REDUCCION DEL NUMERO DE HIJOS. Esto asegura que continuará DISMINUYENDO LA POBLACION ubicada entre los límites etarios que definen la etapa laboral activa…”[1]

            El angustioso cuadro que evoca la pluma editorial, guarda sus profundas contradicciones si nos cernimos a la concepción economicista del más clásico liberalismo, del cual se ha mofado “La Nación”. Prosigue la publicación con un atenuado exhorto –pero, exhorto al fin- acerca de la inconveniencia de seguir teniendo un exclusivo sistema previsional de índole estatal, haciendo críticas a la estatización de las AFJP, realizada, para fines recaudatorios (caja política), por la administración de Cristina Fernández Wilhelm de Kirchner. En todo caso, la editorial hace, por un lado, una objeción al kirchnerismo y, por el otro, una apelación a quitarle al Estado el manejo de las cajas jubilatorias como en tiempos de Carlos Saúl Menem.

            Pero importa, más bien, lo que la editorial fundamenta en el párrafo transcripto. Allí, “La Nación” explica que, una de las causas por las que hoy exista un número alarmante de jubilados y pensionados es por “los cambios culturales (que) han llevado a un mayor control de la natalidad y a una reducción del número de hijos”, con la consecuencia de una disminución poblacional.

            De autores como Thomas Malthus (1766-1834), cura anglicano, se han nutrido los propulsores históricos del liberalismo para sustentar su política económica. Conste que Malthus fue muy amigo del judío sefardí David Ricardo (1772-1823), otro pope de esa corriente que auspiciaba, entre otras cuestiones, que el asalariado debía recibir “lo estrictamente necesario permitiendo al asalariado solamente subsistir y reproducirse”. La contraparte de esta polémica tesitura era que, según Ricardo, si el salario era mayor al determinado, la población iba a ir en aumento y la oferta de trabajo también, pero desencadenando una baja de los salarios. En este punto, era preferible la aplicación de políticas que no auspicien el aumento poblacional para que haya mejores salarios, muy acorde a lo expuesto, en alguna medida, por Malthus.

            Justamente, fueron políticas maltusianas las que pusieron en práctica los gobiernos de cuño liberal y neoliberal en buena parte de los siglos XIX y XX, en donde, a riesgo de que los índices económicos no den en rojo, los cuales deben traducirse en que las ganancias no se vean afectadas, era menester el achicamiento del gasto público, la liberalidad de los mercados financieros, el cercenamiento del Estado en cuanto al manejo y control de las empresas e industrias fundamentales de la Nación y una acotación de las políticas culturales a esferas más bien privadas.

            A fin de evitar pérdidas económicas, en los países subdesarrollados como el nuestro, los liberales propalaron la idea de que era mejor que los matrimonios no tengan hijos en cantidad, porque, al parecer, los recursos no daban para tanto. Se fomentaron, pues, políticas culturales que, emanadas desde un Estado cooptado por esta idea, alentaron el control de la natalidad. Más burdamente, el sionista alemán Henry Kissinger, como secretario de Estado de los Estados Unidos, sacó un tristemente famoso documento que, bajo el título “Informe Kissinger 200”[2], e influenciado por la teoría de Thomas Malthus de que para que no falte alimentos hacía falta eliminar población, hablaba sobre estos aspectos y sobre su aplicabilidad en los países subdesarrollados, despoblados y riquísimos en materias primas como el de nuestra República Argentina.

            Semejante reingeniería social, producto del control de la natalidad, ahora hace estragos al quedar expuesto que, en unos pocos años más, será mayor el número de gente en edad pasiva (y, por ende, que cobre jubilaciones y pensiones) que la socialmente activa. Es cierto, que “La Nación” contribuyó, en el auge de estas aberrantes políticas demográficas, a sostener lo inapropiado de que las familias sean numerosas o de que el Estado fomente –como lo había hecho Juan Perón en su época- la procreación de futuros compatriotas para poblar nuestras aún desérticas pampas.

            El estadista italiano Benito Mussolini avizoraba la falacia de los economistas liberales sobre el tópico, por eso dirá en 1934, que

“La idea de que el aumento de población determine un estado de miseria es tan idiota que no merece ni siquiera el honor de una refutación. Se necesitaría demostrar que la riqueza no nace del multiplicarse de la vida, sino del multiplicarse de la muerte.”[3]

Una gran verdad se observa en la sentencia, por cuanto a menor cantidad de habitantes, mayor cantidad de bienes quedarán en pocas manos. Sigue diciendo Mussolini, que “las clases fecundas de la población son las más modestas, esto es, las aun amoralmente sanas” porque no ahogaron “el sentido divino de la vida bajo el cálculo cerebral del egoísmo”.[4] ¿No oímos, a menudo, la frase que dice que ‘los que más tienen son los que menos gastan’? Con ese básico y mezquino pensamiento procederían al momento de procrear vida.

Mismo en “Il Popolo d’Italia”, suscribirá el Duce que

“Por lo demás, el siglo pasado ha desmentido plenamente las teorías de Malthus según las cuales el aumento de la población llevaría al hambre por insuficiencia de los recursos alimenticios. El mundo puede sostener una población 20 veces mayor que la actual. Los recursos de los Estados Unidos de América son suficientes para mantener una población quíntuple de la actual. El Canadá puede hacer vivir a un número veinte veces mayor que el de sus habitantes actuales. Hay vastas zonas de América del Sur que son todavía casi vírgenes; hay otras aún en África, en Australia, hasta en Europa y ciertamente también en Asia.”[5]

Dicho esto, ¿se hará un mea culpa o sinceramiento el diario “La Nación” para afirmar que la corriente ideológica por él sostenida desde enero de 1870 –el liberalismo- es la que ahora ha generado un grave problema demográfico el cual no puede sostener una adecuada política económica previsional? ¿Se podrá refrendar, entonces, que la criminal política de Malthus guarda en su entraña una perversión[6] y una desnaturalización para el normal funcionamiento de los Estados Nacionales?


Por Puñal Mazorquero



[1] Las mayúsculas son nuestras.
[2] El nombre completo de este “Informe”, cuya aparición corresponde al 10 de diciembre de 1974, es “Memorando de Estudio de Seguridad Nacional 200: Implicaciones del Crecimiento de la Población Mundial para la Seguridad de EE.UU. e intereses de ultramar” (“NSSM 200”, en sus siglas en idioma inglés).  
[3] “Síntesis del Régimen”, de Benito Mussolini, 18 de marzo de 1934.
[4] “¿Muere la raza blanca?”, de Benito Mussolini, Il Popolo d’Italia, 4 de septiembre de 1934.
[5] Op. cit.
[6] Mussolini sentenció acerca de la temática: “¡Malthus! Económicamente es un error; moralmente, un delito. La disminución de la población lleva consigo la miseria”. (Citado en Coloquios con Mussolini, de Emil Ludwig, J. C. Rovira Editor, 1932)

viernes, 28 de julio de 2017

GUSTAVO VERA, UN BANCADO POR EL JESUITISMO ANTIARGENTINO



Este detalle de un folleto díptico del año 2015 perteneció, como puede notarse, al sinvergüenza Gustavo Vera, el mismo que ahora, un lustro más tarde, va de candidato para Legislador por la Ciudad de Buenos Aires junto al impresentable delincuente y trastocador de índices, cuando no matón de albañal, Guillermo Mario Moreno.

Un dato los une: ambos forajidos son amigos de su Santidad el Papa Francisco, quien todavía tiene el ropaje de ciudadano argentino y no de líder universal o de representante de la feligresía católica del mundo. Se advertirá, claro, que Francisco es un jefe de Estado, por cuanto el Vaticano es un Estado en sí, con su representante, sus leyes (dogmas, en este caso), su ejército y su personal jerárquico-administrativo.

Nótese, para el caso, como el ala política de la Iglesia, el Partido Demócrata Cristiano de Capital Federal, ya auspiciaba -o, al menos, apoyaba- la candidatura de Gustavo Vera (véase el logotipo en el extremo inferior de la imagen).

¿Hay memoria en cuanto a los orígenes del Partido Demócrata Cristiano en nuestro país? Surge en 1954 amparado por los que, meses después, darán vida al ilegítimo gobierno de Facto autotitulado "Revolución Libertadora", y entre cuyos primeros dirigentes y afiliados se encontraban José Alfredo "Joe" Martínez de Hoz y Guido Di Tella (este último, futuro canciller entreguista de Carlos Saúl Menem). La curia -hay que decirlo- terminó por darle forma a su expresión política partidaria luego de prohibirse al peronismo, que se había fundado en los principios de la Doctrina Social de la Iglesia. Pues bien, cobijado bajo la democracia cristiana lo vemos, unas cuantas décadas más tarde, y apañado por el jesuitismo, a Gustavo Vera.



Por Un Descamisado Neto

jueves, 27 de julio de 2017

MEMORIA. ¿QUIEN DEJO CRECER EN POLITICA A DIANA CONTI?




Clara muestra de la herejía e impunidad del sistema democrático liberal. Boleta de la ALIANZA para las elecciones del 14 de octubre de 2001. El mentado gramsciano socialdemócrata y masón, cuando no "Padre de la Democracia" (¡oh, esa diosa!), Ricardo Raúl Alfonsín Foulkes, aparece como 1er. candidato a Senador Nacional por la Provincia de Buenos Aires. 

¿Quién lo secunda? La corrupta traidora Diana Beatriz Conti, actual Diputada Nacional kirchnerista que votó ayer, 26 de julio, contra la expulsión del delincuente Julio Miguel de Vido del Congreso Nacional. 

Entonces, ¿quién o quiénes permiten el surgimiento de aquellos malos, excecrables argentinos que amparan traidores? Diana Conti no surge de un repollo. Alfonsín se sintió a gusto, en aquel lejano 2001, de dejar crecer la figura de Conti. Ah, pero aquél es el -repitámoslo con orgullo y todos juntos- "Padre de la Democracia".



Por Puñal Mazorquero

lunes, 20 de febrero de 2017

FILIACIONES INTERNACIONALISTAS DE PARTIDOS ARGENTINOS



En una nota suscrita por Guido Carelli Lynch para el diario “Clarín” del 29 de enero de 2017, se mencionaba el ingreso del partido gobernante PRO (Propuesta Republicana) a la Unión Demócrata Internacional (IDU), que, como su denominación lo indica, es una internacional como las que, desde el siglo XIX y bajo otro espectro ideológico sistémico, levantaba el comunismo para definir políticas globales.

El caso aludido tiene su sede en la ciudad alemana de Munich, y hasta allí viajó Federico Pinedo –senador bonaerense del PRO- para “oficializar el ingreso de Propuesta Republicana, el partido fundado por Mauricio Macri (…) a la Unión Demócrata Internacional”. A esta suerte de club privado se ingresa previa aceptación de las partes, que, en esta oportunidad, votaron unánimemente por la inclusión del PRO en la internacional.

El sayo para el partido ingresante es el de definirse como de ‘centroderecha’, y aúna a 56 partidos de ese signo ideológico que provienen de diferentes geografías mundiales. El Partido Popular (PP) de España –uno de los máximos responsables de la invasión a Irak por parte de los EE.UU. en 2003- está en esta trama, lo mismo el Partido Conservador inglés, el Partido Liberal de Australia y, desde luego, el Partido Republicano del multimillonario Donald Trump (Estados Unidos), entre otros más.

La puja entre los adversarios del mismo sistema (nuevo orden mundial) ahora es, según resalta en la nota, entre populismos de izquierda vs. centroderecha liberal-conservadoras. Lo curioso del tema, es que la IDU debe su fundación a, entre otras personalidades, Margaret Thatcher, la ex primera ministra conservadora de Inglaterra, el 24 de junio de 1983. ¿Otros fundadores? George W. H. Bush y el también ex primer ministro alemán Helmut Kohl.

El PRO no es la única fuerza política que pertenece a una Internacional. El caso más emblemático en la materia la constituye la Unión Cívica Radical (UCR), que, con el paso del tiempo, pasó de ser un partido de ideología nacional, popular y krausista, a devenir en un inamovible integrante de la Internacional Socialista.

El 30 de octubre de 2004, en un “congreso doctrinario” celebrado en el Hotel Panamericano de Buenos Aires, la UCR dejó sentada en documentos su mantenimiento en aquella Internacional pero dentro de su vertiente Socialdemócrata.[1] Recuérdese que la socialdemocracia surge en Alemania entre las décadas de 1870/80 y puja por colocarse en la vanguardia del pensamiento marxista durante la Segunda Internacional fundada en París en 1889. En esta instancia, perderían a manos del más radicalizado Vladimir Illich Ulianov (Lenin), que promovía el asalto al poder para la instauración de la dictadura del proletariado, la subversión de los valores culturales tradicionales y la lucha de clases.

De hecho, los socialdemócratas plantean la ejecución ‘gradual’ de reformas que lleven a la emancipación de los estratos obreros, todo bajo la participación y aceptación de las reglas del sistema democrático liberal. La nota del diario “La Nación”, dice en su anteúltimo párrafo que

“Mientras el PRO se ladea hacia la derecha en Occidente, sus socios radicales de Cambiemos son un miembro histórico de la Internacional Socialista. En febrero del año pasado, la UCR fue expulsada de la rama juvenil de la agrupación de izquierda por “acompañar a la derecha” en Argentina.”[2]

Este tipo de contactos con organizaciones mundialistas por parte de los partidos políticos PRO y UCR, desnuda la dependencia ideológica que hoy tiene, más que nunca, la política criolla con sus mandantes foráneos. Para agregar un ingrediente más a toda esta maraña, recordemos la nota de Gustavo Molina titulada Los vínculos con Tupac Amaru y la masonería, que, publicada en Clarín del 13 de septiembre de 2015, desnudaba los vínculos entre aquella organización indigenista con esta sociedad secreta de gravísima injerencia en la política y la historia argentina desde 1810 en adelante.

¿Se acuerdan del caso? Sergio Costigliolo era, hasta esa fecha, el Jefe de la Organización Tupac Amaru en la Provincia de Córdoba –a nivel nacional, esa organización la manejaba la delincuente y rea Milagro Sala-. Agrega la nota de Molina que Costigliolo

“(fue) militante comunista en los ’80 con amplio trabajo territorial; líder de la organización Tupac Amaru en Córdoba hasta hace unos meses; y Gran Consejero de Piedad y Unión, sociedad secreta que integra la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones.”

Para no olvidarlo: Sergio Costigliolo fue detenido en septiembre de 2015 por falsificar dólares.

José Antonio Primo de Rivera escribió en agosto de 1935, desde Madrid, que para elevar y fortalecer a una nación había que tener una política basada en dos características fundamentales: que sea revolucionaria y tradicional.

“He aquí la tarea de nuestro tiempo –afirmaba el co-fundador de la Falange Española-: devolver a los hombres los sabores antiguos de la norma y del pan”, entendidos aquí como el orden y el trabajo. Porque a esos hombres hay que hacerles ver que “la norma es mejor que el desenfreno; que hasta para desenfrenarse alguna vez hay que estar seguro de que es posible la vuelta a un asidero fijo”. Y cuando hacía una crítica a la economía liberal de las potencias occidentales, Primo de Rivera oponía el concepto de que había que “volver a poner al hombre los pies sobre la tierra, ligarle de una manera más profunda a sus cosas: al hogar en que vive y a la obra diaria de sus manos”.[3]

Y casi como un calco de lo que hoy acontece en la Argentina, Primo de Rivera anotaba algo insospechado para quien osara acomodar sus políticas vernáculas a los dictámenes de internacional alguna, como lo era entonces el peligro de caer España bajo un gobierno republicano que parecía dispuesto a quedarse con la heredad católica y tradicional:

“Una victoria socialista tiene el valor de invasión extranjera; no sólo porque las esencias del socialismo, de arriba abajo, contradicen el espíritu permanente de España; no sólo porque la idea de Patria, en régimen socialista, se menosprecia, sino porque, de modo concreto, el socialismo recibe sus instrucciones de una Internacional. Toda nación ganada por el socialismo desciende a la calidad de colonia o de protectorado.”[4]

A lo dicho, y regresando al terruño argentino, el mismo análisis cabe para aquellas patrias donde gana el liberalismo o cualquiera de sus variantes, sean potentes o débiles, porque no están poseídas de doctrina nacional.


Por Puñal Mazorquero

[1] “La UCR, firme en la socialdemocracia”, por Laura Capriata, Diario La Nación, 31 de octubre de 2004.
El más firme aliado de Raúl Ricardo Alfonsín durante su presidencia (1983-1989) fue Felipe González, presidente español y máximo dirigente del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) por esos años.

[2] “El PRO ingresa a la liga mundial de los partidos políticos de derecha”, por Guido Carelli Lynch, Diario Clarín, 29 de enero de 2017.

[3] “Obras Completas de José Antonio Primo de Rivera”, La Tradición y la Revolución (Madrid, Agosto de 1935), Delegación Nacional de Prensa y Propaganda de la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, Madrid, Julio de 1942, páginas 526 y 527.
  
[4] Op. cit., Carta al General Franco (Madrid, 24 de septiembre de 1934), página 711.

jueves, 5 de enero de 2017

UNA ORGANIZACION FUNESTA, LA JUNTA COORDINADORA RADICAL


Próximos a un nuevo aniversario del sangriento ataque y copamiento del Regimiento de Infantería Nº 3 “Gral. Belgrano” de La Tablada, por elementos del MTP (Movimiento Todos por la Patria) del delincuente subversivo Enrique “Gungo” Gorriarán Merlo, me aboco a escribir unas líneas acerca de la Junta Coordinadora Radical, mentora intelectual del acto terrorista nombrado al inicio de este párrafo.

            El que suscribe aún no ha visto aún obra alguna que trate el fenómeno de la Coordinadora de modo particular. Nadie, al parecer, se quiere entrometer en los asuntos de tan delictiva como poderosa organización arropada y amparada por Raúl Ricardo Alfonsín Foulkes mientras fue presidente de la Nación (1983-1989), y que, al surgimiento de la ALIANZA (UCR-FREPASO) en 1999, volverá a ocupar cierto poder colocando a algunos de sus remanentes en puestos claves dentro de la administración pública.

            Llamada indistintamente Junta Coordinadora Radical, Juventud Franja Morada de la Coordinadora Radical, La Coordinadora o Coordinadora Nacional, debe su creación casi al mismo tiempo en que se fundaban el PRT-ERP (Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo), de tendencia trotskista, y el Movimiento de Renovación y Cambio de la UCR, desde el cual emergió, a la política, el renombrado Alfonsín. Para ubicarnos temporariamente, podemos decir que estamos entre los años 1968 y 1970.

            Del contacto inicial que mantuvieron los coordinadores con gente del Movimiento de Renovación y Cambio y del PRT-ERP, quedará marcada a fuego su ideología, esto es, macerada en una putrefacta mezcla de marxistas, socialdemócratas y trotskistas.

DE LAGUNA SETUBAL A TRELEW

En un libro por demás interesante (La Guerrilla de Papel, SIELP, 1992), Horacio Félix Bravo Herrera, su autor, señala algunos detalles del cónclave que en 1968 tuvo lugar en Laguna Setúbal, Provincia de Santa Fe, donde se dieron cita, entre otros, los futuros eminentes coordinadores Leopoldo Moreau, Federico Teobaldo Manuel Storani y Luis Alberto “Changui” Cáceres, los cuales debatieron, junto a varios otros militantes radicales que, hasta ese momento, venían manteniendo contactos con integrantes del PRT-ERP[1], el modo de hacerse con el poder.

El entonces Senador Nacional por el PJ, Bravo Herrera, argumentó que en Laguna Setúbal había ‘ganado’ la postura de los moderados, “que hicieron suyas las tesis sustentadas por la II Internacional (socialista), que aconsejaban acceder al poder por la vía democrática. Pero para mantener la cohesión del grupo y “por las dudas”, no descartaron los puntos de vista de la III Internacional de corte marxista-leninista que sugieren recurrir a la infiltración para alcanzar el reemplazo de los valores tradicionales”. Y prosigue: “Tampoco dejaron de lado la eventualidad del uso de la “vía armada” para llegar al poder”[2]

Por su parte, aquella sociedad entre radicales y subversivos terroristas iba a ser corroborada en 1991 por el Diputado radical por Río Negro, Osvaldo Álvarez Guerrero, dado que “Alfonsín solía decir que los guerrilleros del ERP eran radicales desbandados. Y algo de razón tenía: diría que hasta mediados de la década del 60 el radicalismo tenía una gran tradición fragotera. Buena parte de los militantes del ERP, como Santucho, provenían de familias radicales. Me imagino que Santucho, criado en una familia radical, también tenía una cultura del fusil y del fragote. De manera que la tradición de la lucha armada no era ajena al radicalismo”.[3] Otra muestra, es que uno de los jóvenes que fue a aclamar a Arturo Umberto Illia el día que lo derrocaron los militares, el 28 de junio de 1966, era Benito José Urteaga, futuro dirigente del Buró Político del PRT-ERP desde 1973 hasta 1976.[4]

Los periodistas Alfredo Leuco y José Antonio Díaz en su obra Los herederos de Alfonsín (1987), dan cuenta de un Congreso de la Coordinadora Radical celebrado en abril de 1971, de cuyos fundamentos se estableció lo siguiente: “La liberación nacional y social se va a conseguir por medios democráticos o por cualquier otro método”. En tanto, el supuesto Padre de la Democracia, Raúl Alfonsín, alentaba en ese mismo conciliábulo “un programa de liberación abierto a la socialización”.[5]

            Siendo un veinteañeros, Leopoldo Raúl Guido Moreau, aliado incondicional de Alfonsín desde la creación del Movimiento de Renovación y Cambio, a la vez que pope de la Junta Coordinadora Radical, no dudó en salir a celebrar, el 22 de agosto de 1973, el mentado “Día de los Héroes de Trelew”, precisamente al año del asesinato de 16 delincuentes subversivos en la Base Aeronaval “Almirante Irízar” de aquella localidad sureña.

Ese primer aniversario consistió en la movilización de estudiantes y juventudes políticas en el estadio del Club Atlético Atlanta de Buenos Aires, y, como no podía ocurrir de otro modo, a aquélla se plegaron los correligionarios de la Juventud Radical y su Coordinadora.  

Otro que fue de la partida era el luego miembro de la Masonería y Ministro del Interior de Alfonsín, Enrique Carlos “Coti” Nosiglia. Él también se enronqueció con vivas a los terroristas abatidos en agosto de 1972 por la Armada Argentina. ¿Quiénes más fueron a rendir tributo a los subversivos que quisieron fugar del presidio militar? Anotemos: Marcelo Stubrin e Hipólito Solari Yrigoyen.

Hubo otro evento, frente al Congreso Nacional, que contó con la presencia de 15.000 personas y que tuvo por oradores a Enrique Gorriarán Merlo y el nombrado dirigente radical Solari Yrigoyen, también para homenajear a los sediciosos de Trelew; en este acto estuvo presente Federico Storani en nombre de la Coordinadora.

LAS DOS PUNTAS DEL “GRAN DEMOCRATA”

Fue a partir de 1972, que Raúl Alfonsín abrió una línea política interna en la UCR para lanzar su carrera presidencial. Dicho vehículo fue el Movimiento de Renovación y Cambio, plataforma que le permitirá, en octubre de 1983, alzarse con la primera magistratura del país. Entre tanto, Alfonsín será el promotor y apadrinador de los jóvenes que, casi al unísono, decidieron darle forma a la Junta Coordinadora Radical.

            En la década 1972-1982, Alfonsín tuvo resonados acercamientos y compromisos con la subversión marxista, si bien él adhería a la Internacional Socialdemócrata, perfil más bien reformista y, eso sí, alineado a un pensamiento de izquierda. Sin embargo, y como peón de una formidable tabla de ajedrez, Alfonsín fue un auténtico sinarca que estrechó buenos contactos tanto con militares golpistas como con guerrilleros de armas tomar.

            Se vinculaba al general Albano Harguindeguy –Ministro del Interior durante el Proceso de Reorganización Nacional- porque había sido su compañero en el Liceo Militar, de allí sus lazos con el mundo castrense. De hecho, fue Harguindeguy quien le salvó la vida a una sobrina suya que, habiendo militado en el ERP, estuvo a punto de ser pasada por las armas.

            Mucho antes de crear el Movimiento de Renovación y Cambio, el “gran demócrata” de Raúl Alfonsín aceptó una diputación nacional en 1963, cuando, por todos es sabido, que en ese año el partido mayoritario, el peronista, estaba proscripto.

Veamos un claro ejemplo del idilio que, a veces a la luz del día y otras en las penumbras de la noche, mantenían los radicales y los terroristas subversivos: entre octubre y noviembre de 1975, Raúl Alfonsín mantuvo una reunión clandestina con algunos funcionarios del PRT-ERP, entre ellos Manuel Justo Gaggero. También se hallaba presente el dirigente combativo trotskista Agustín Tosco, que poco tiempo más tarde moriría.

Algunos días más tarde, Raúl Alfonsín, Raúl Borrás y Mario Amaya, todos dirigentes radicales, se vieron en el barrio porteño de Flores con el terrorista Mario Santucho, quien les trazó un panorama de que para “mediados de marzo (de 1976)” se iba a producir un golpe de Estado. Luego de concluida la reunión, Alfonsín le expresó a su amigo, el terrorista erpiano Gaggero, lo siguiente respecto a la reunión con Santucho: “(Me he quedado) muy bien impresionado por la claridad y el enfoque de análisis (de Santucho)…”.

En agosto de 1976, cuando arreciaba la represión, el general Adel Vilas[6] tenía detenido en la celda de una unidad militar de Bahía Blanca al abogado Héctor Amaya, de extracción radical, el cual había sido capturado por la Inteligencia del Ejército Argentino en Trelew. Acompañaba a Amaya en el cautiverio el ex senador, también radical, Hipólito Solari Yrigoyen. En eso, Raúl Alfonsín se entera de ambas detenciones, y rápidamente se comunica con el general Harguindeguy, su amigo, para que les den un buen trato los detenidos. Eugenio Méndez en Santucho. Entre la inteligencia y las armas (La Toma, 2001), afirma que

“Vilas, ofuscado, les comunicó que en horas de la mañana había recibido un llamado del Ministro del Interior, general Albano Harguindeguy, indicándole que ambos detenidos debían recibir un trato especial, dado que iban a salir del país en virtud de las gestiones nacionales e internacionales que había piloteado el abogado radical Raúl Alfonsín.”

Ruinas del Regimiento de Infantería Nº 3 de La Tablada, tras la recuperación del mismo. En primer plano, una yegua abatida por el fragor del combate que pertenecía a la unidad.


Se sabe que Solari Yrigoyen optó por retirarse a Venezuela, donde lo aguardaba el malogrado Embajador Héctor Hidalgo Solá -¡oh, casualidad, de ideología radical!- que, como se sabe, fue mandado asesinar por Grupos de Tarea afines al almirante Emilio Eduardo Massera en 1977.

Entre 1977 y 1978, Alfonsín formó parte de la “Logia Cúneo” que, de acuerdo al mismo Méndez, era “de ideas desarrollistas e integrada por dirigentes políticos de partidos minoritarios”. Recibía apoyo del diario “Clarín” y promovía como futuro candidato presidencial para 1980 al civil Oscar Héctor Camilión[7] para suceder al general Viola en el caso que éste, en un lapso de tres años, destronara a Jorge Rafael Videla, lo que finalmente nunca ocurrió.

No obstante, hay otra historia detrás de la “Logia Cúneo”, y es que el propio Raúl Alfonsín era quien tenía aspiraciones de ser ese candidato civil a ocupar la Presidencia de la Nación en 1980. Sucedió que los ‘competidores’ eran verdaderos pesos pesados: por un lado, estaba el almirante Massera[8], y del otro José Alfredo “Joe” Martínez de Hoz, el Ministro de Economía de la dictadura cívico-militar. Por presión de ambos, el general Harguindeguy le pidió a Alfonsín que declinara sus intentos de ser “el candidato de una convergencia cívico-militar”, concluye Eugenio Méndez.

A todo esto, Alfonsín y los coordinadores aguardaron el final de la dictadura cívico-militar de 1976. Uno de los más polémicos a la hora de ‘sobrevivir’ fue, justamente, Enrique Nosiglia, quien hasta llegó a ser funcionario del Proceso en sus postrimerías, pues corría 1983 cuando su tío, Mario Raúl Nosiglia, designado Presidente del Banco Hipotecario Nacional (BHN) lo ubicó a su sobrino como secretario y asesor ad-honorem de la entidad. Desde ese puesto, “El Coti” Nosiglia obtuvo fondos, cargos y teléfonos gratis que fueron utilizados o desviados para los militantes de la Coordinadora Radical.

Sin embargo, sospechosa es la supervivencia –y pido disculpas por la reiteración- de numerosos radicales que, habiendo sido parte o apoyando secundariamente, se involucraron con las organizaciones armadas de la subversión, aportando su complicidad para ultimar civiles, empresarios, militares, policías, sindicalistas y profesionales.

Para botón de muestra tenemos a Julio César Provenzano, militante del ERP que participó de un ataque al Edificio “Libertad” de la Armada Argentina, y cuyo hermano, Francisco “Pancho” Provenzano, integrante de la Coordinadora Radical y del ERP, en simultáneo, fungiría como uno de los más conspicuos miembros del MTP de Gorriarán Merlo al momento del ataque a la unidad militar.

El referido Nosiglia tuvo, sin ir muy lejos, una hermana que militaba en el ERP y que se llamaba María Magdalena Nosiglia. En abril de 1973, ella fue coautora del secuestro del contralmirante Francisco Aleman, su suegro. Por este hecho, la hermana del “Coti” Nosiglia se encuentra desaparecida desde el 26 de marzo de 1977. En cambio, “El Coti” Nosiglia fue funcionario de los militares…

LA COORDINADORA ALCANZA EL PODER

El poder de la Coordinadora a partir de 1983 fue impresionante. Informes de Inteligencia del Ejército daban por cierta la existencia de polígonos de tiro clandestinos de esta organización alfonsinista en la Provincia de Córdoba, la cual, históricamente hablando, siempre tuvo un marcado cuño radical.

            Los jóvenes que ayer conformaron la Coordinadora, ahora con Alfonsín presidente vivieron sus mieles dentro del poder político. De allí, que Federico Storani fue Diputado Nacional por la Prov. de Buenos Aires desde 1983 hasta 1991, con el dato por demás curioso de que en ese tiempo dirigía una publicación llamada Generación ’83. Propuestas para una Nueva República, en cuya edición Nº 25, del mes de septiembre de 1986, página 17, había un aviso de gran tamaño de la revista Entre Todos, esto es, del órgano oficial del MTP.

            Otro coordinador, Carlos Ernesto Becerra, fue designado Secretario General de  Presidencia de la Nación por Raúl Alfonsín, por lo cual la Coordinadora tenía a uno de los suyos en una posición inmejorable. Acomodaticio, en 1999 con el advenimiento de la ALIANZA fue ungido, otra vez, Secretario General de Presidencia de la Nación, y en octubre de 2000 director de la SIDE.

            Nosiglia –ya referenciado en esta nota- ocupó la jefatura del Ministerio del Interior de la Nación desde septiembre de 1987 hasta mayo de 1989, período en el cual tuvo lugar la tragedia criminal del MTP en el Regimiento de Infantería de La Tablada. Mucho habría que preguntarle a este operador político sobre su rol, entre bambalinas, para incitar el ánimo de los subversivos a atacar un cuartel militar y después lavarse las manos. ¿Qué habló Nosiglia con los integrantes del MTP Francisco Provenzano y Roberto Felicetti el 29 de diciembre de 1988 en la hoy desaparecida confitería Paladium de la calle Reconquista 945, de Buenos Aires? Al mismo tiempo, el abogado y guerrillero del MTP, Jorge Baños, quien cayera abatido dentro del Regimiento de La Tablada, había obtenido en 1986 un ‘crédito blando’ del Banco Hipotecario Nacional que, en esos momentos, estaba lleno de miembros de la Coordinadora.[9]


Jorge Baños, letrado y guerrillero del MTP. Semanas antes del ataque al Regimiento Nº 3 de Infantería, mantuvo reuniones con Enrique "Coti" Nosiglia. Baños murió en el copamiento a la unidad militar, llevándose varios secretos inconfesables a la tumba.


            Leopoldo Moreau fue otro beneficiado por sus orígenes en la Coordinadora: al asumir su padrino político, Raúl Alfonsín, Moreau fue electo Diputado Nacional por la Prov. de Buenos Aires en 1983, cumpliendo un rol fundamental en los debates relativos a la creación de la Comisión Nacional de Desaparición de Personas (CONADEP) y en la reforma del Código de Justicia Militar, en amplia consonancia, lo último, con el cercenamiento de las funciones específicas de las FF.AA. en el período democrático. En 1989, cuando todavía gobernaba Alfonsín, fue investido Presidente de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.

            A los 28 años de edad, Jesús Rodríguez, también coordinador, tuvo el privilegio de ser electo Diputado Nacional por la Capital Federal en el año 1983, siendo reelecto en 1987, 1991, 1993 y 1999. Concluyó su labor legislativa en diciembre de 2003. Hay que consignar, que Rodríguez aceptó en 1989 ser el Ministro de Economía de Alfonsín en plena hiperinflación.

            No por nada ellos cantaban, eufóricos, una vez que la fórmula Alfonsín-Martínez triunfó sobre la de Luder-Bittel, “¡Ahora, ahora, la Coordinadora!”, mientras revoleaban corbatas, se arremangaban camisas y transpiraban el sudor del éxito desenfrenado.

EL PACTO MTP-COORDINADORA

Tomemos en cuenta lo que decía el subversivo Floreal Canalis[10] en agosto de 1991 al hablar sobre las relaciones existentes entre los hombres de Raúl Alfonsín y el terrorismo cuando aconteció el ataque al Regimiento Nº3 de La Tablada en enero de 1989:

“Se comete un gran error de interpretación cuando se intenta explicar el 23-E [por la fecha 23 de enero de 1989] como un hecho directamente realizado o inducido por los servicios de inteligencia, zambulléndose en las relaciones que la dirección del MTP mantenía con las esferas de gobierno del radicalismo, especialmente con Enrique Nosiglia y Carlos Becerra, así como con algunos militares ligados al UALA (Unidad Argentino-Latinoamericana) y a otros círculos, aunque, desde ya, estos vínculos existían, y en algunos casos eran casi cotidianos y de mucha familiaridad.”

Antiguo radical, aunque de la facción más derechista, Guillermo Cherasny no ahorró en críticas hacia la ligazón que había entre los hombres de la Coordinadora Radical, el Movimiento de Renovación y Cambio (al que siempre se opuso) y la guerrilla subversiva. Así lo dejó plasmado en el semanario El Informador Público del 20 de enero de 1989, poco antes del ataque y copamiento de La Tablada, en una nota que tituló “El ERP y la Coordinadora”, en donde, entre otros conceptos, arrojó que “el sector del ERP liderado por Gorriarán (se refería, clara aunque maliciosamente, al MTP) y la Junta Coordinadora Nacional de la UCR de la Capital Federal (tendencia que en la Capital Federal dirigía el ministro del Interior, Enrique Nosiglia), habían alcanzado previamente “un acuerdo táctico””.[11]

            Gracias a la Coordinadora Radical, los muertos y heridos en la recuperación de los cuarteles de La Tablada siguen esperando justicia. Y mientras tanto, los coordinadores siguen disfrutando, con sus manos llenas de sangre, negociados y dolor, lo que hoy no tiene el pueblo argentino.


Por Puñal Mazorquero




[1] Consignamos que el PRT se creó en 1965, y el ERP recién lo hizo en 1970.

[2] “La Guerrilla de Papel”, de Horacio Félix Bravo Herrera, páginas 67 y 68.

[3] Op. cit., páginas 69 y 70.

[4] El Buró Político era el órgano decisorio de mayor poder dentro de la estructura del PRT-ERP.  De él dependían las decisiones políticas a tomar. Estaba compuesto, hacia 1975, de un Secretario General (Santucho) y seis miembros más. Urteaga era el tercero en importancia dentro del ERP.

[5] “Los herederos de Alfonsín”, de Alfredo Leuco y José Antonio Díaz, Sudamericana-Planeta, página 187.

[6] Era de ideología peronista-nacionalista. La presidente Isabel Perón le ordenó iniciar el ‘Operativo Independencia’ en Tucumán, en 1975.

[7] Camilión había sido secretario de Redacción de Clarín, y, por lo mismo, amigo personal de su dueña, la señora Ernestina Herrera de Noble. Durante el menemismo alcanzó el Ministerio de Defensa.

[8] El sueño electoralista de Massera comenzó a pergeñarse con algún grado de seriedad a partir de 1979, cuando fundó el Partido para la Democracia Social (PDS), a través del cual obtuvo la colaboración de numerosos Montoneros ‘doblados’, tal el caso de la periodista Miriam Liliana Lewin de García.

[9] Dice la obra El Coti, de Darío Gallo y Gonzalo Álvarez Guerrero, página 221, que a Baños “En sólo tres días, en marzo de 1986, el BHN le entregó 18.000 dólares”. Es de notar, que tanto Jorge Baños como Francisco Provenzano, que habían mantenido contacto directo con el Ministro del Interior Nosiglia, no salieron vivos del ataque al cuartel de La Tablada. ¿Habrá sido para no delatar la gestación del accionar terrorista con la complicidad del radicalismo alfonsinista?

[10] Floreal Canalis tenía como nombre de Guerra ‘El Petiso Esteban’. Sirvió como nexo entre el ERP y el ELN (Ejército de Liberación Nacional) boliviano de Coco Peredo. Fue, a su vez, lugarteniente de Enrique Gorriarán Merlo desde que se exilió en Europa y hasta su regreso a la Argentina (1977-1983).
                Luego de fracasado el copamiento del Regimiento de La Tablada, Gorriarán Merlo intentó desparramar la versión de que Canalis era “un traidor” o poco menos que un “infiltrado” dentro del MTP, y que su actuación ya era “dudosa” desde el año 1975. Sin embargo, el mismo Gorriarán Merlo lo tuvo a su lado con posterioridad a ese último año, más que nada en Nicaragua y cuando él regresó al país luego de las elecciones de Alfonsín en 1983, sin que se quejara de actitud sospechosa alguna de Canalis.

[11] “Gorriarán. La Tablada y las “Guerras de Inteligencia” en América Latina”, de Juan Salinas y Julio Villalonga, página 110.