Este detalle de un folleto díptico del año 2015
perteneció, como puede notarse, al sinvergüenza Gustavo Vera, el mismo que
ahora, un lustro más tarde, va de candidato para Legislador por la Ciudad de
Buenos Aires junto al impresentable delincuente y trastocador de índices,
cuando no matón de albañal, Guillermo Mario Moreno.
Un dato los une: ambos forajidos son amigos de su
Santidad el Papa Francisco, quien todavía tiene el ropaje de ciudadano
argentino y no de líder universal o de representante de la feligresía católica
del mundo. Se advertirá, claro, que Francisco es un jefe de Estado, por cuanto
el Vaticano es un Estado en sí, con su representante, sus leyes (dogmas, en
este caso), su ejército y su personal jerárquico-administrativo.
Nótese, para el caso, como el ala política de la
Iglesia, el Partido Demócrata Cristiano de Capital Federal, ya auspiciaba -o,
al menos, apoyaba- la candidatura de Gustavo Vera (véase el logotipo en el
extremo inferior de la imagen).
¿Hay memoria en cuanto a los orígenes del Partido
Demócrata Cristiano en nuestro país? Surge en 1954 amparado por los que, meses
después, darán vida al ilegítimo gobierno de Facto autotitulado
"Revolución Libertadora", y entre cuyos primeros dirigentes y
afiliados se encontraban José Alfredo "Joe" Martínez de Hoz y Guido
Di Tella (este último, futuro canciller entreguista de Carlos Saúl Menem). La
curia -hay que decirlo- terminó por darle forma a su expresión política
partidaria luego de prohibirse al peronismo, que se había fundado en los
principios de la Doctrina Social de la Iglesia. Pues bien, cobijado bajo la
democracia cristiana lo vemos, unas cuantas décadas más tarde, y apañado por el
jesuitismo, a Gustavo Vera.
Por Un Descamisado
Neto
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