jueves, 16 de julio de 2020

YPF, ¿ES O SE HACE? SARMIENTO, FIEBRE AMARILLA Y DOBLE TRAICION



El 20 de marzo de 2020 comenzaba, a través de un decreto ordenado por el Poder Ejecutivo Nacional, la cuarentena por el avance del COVID-19 o Coronavirus a nivel planetario, aunque se trate, en verdad, de un ensayo y una nueva etapa para dominar a la población, eliminar a los indeseables e instaurar un poder elitista sionista y masónico.

Ahí nomás, afloraron los patrioterismos y las falacias en formato de publicidades televisivas, en donde las distintas firmas comerciales e industriales intentaron acoplarse al pedido de “#quedateencasa” con que, desde el Gobierno, imponían a la población a tener miedo, temor, no salir a trabajar y dejar que el famoso virus paralice y borre la “vieja normalidad” y, paulatinamente, adopte la  del “Nuevo Orden Mundial” o “nueva normalidad”.

Fue así, entonces, que Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) por los meses de marzo, abril y comienzos de mayo de 2020, sacó una reiterativa publicidad en donde, de manera didáctica y variopinta, “hacía hablar” a varias estatuas y monumentos de personalidades de la historia argentina para darle ánimo a la población y, de paso, contribuir a afrontar la malignidad del COVID-19 hasta que todo vuelva a restablecerse.

Muy gracioso y lamentable fue ver, durante unos segundos de esa tanda publicitaria de la firma petrolera, una estatua del masón y traidor Domingo Faustino Sarmiento junto a una voz en off que, emulándolo, decía: “Enseñémosle a este virus maldito que aquellas palabras escritas son el destino de nuestra patria: ¡Al gran pueblo argentino, salud!”. En honor de la verdad, la propaganda ensambla diferentes voces que se acompañan con breves secuencias de estatuas las más diversas (San Martín, Belgrano, etc.), pero que, al unir el texto recitado, hace presumir una suerte de “pensamiento patriótico” al que adhiere Sarmiento.

YPF miente. Miente porque, cuando Sarmiento fue Presidente de la Nación, entre 1868-1874, le tocó vivir la epidemia de la Fiebre Amarilla (1871) que mató a 13.614 habitantes de Buenos Aires, razón por la cual Sarmiento lejos de afrontar como figura máxima de la nación esa catástrofe, optó por huir y dejar que la gente se muera…o que otros actúan en el auxilio o socorro de los infelices.

Muchas obras aciertan en la cobarde actitud que tuvo Sarmiento cuando apareció la Fiebre Amarilla, hasta el diario La Nación, más proclive a su concepción ideológica/política, afirma esto que aquí se escribe. Junto al presidente Sarmiento, también se hizo humo de la infectada ciudad de Buenos Aires su vicepresidente Adolfo Alsina… ¡¡Grandes patriotas!! Todo lo dejaron en manos de la Comisión Popular de Salubridad Pública, en donde esforzados y bien ganados patriotas afrontaron la catástrofe que los masones Sarmiento y Alsina esquivaron.

Ahora, YPF, ¿es o se hace? ¿Por qué, encima de patrioteros, mienten a la ciudadanía imponiendo la figura de Sarmiento llamando a “combatir”, de alguna manera, al Coronavirus, si el sanjuanino fue un miedoso traidor en su tiempo? 

La otrora orgullosa petrolera pública ha perdido su prestigio, desde septiembre de 1992, cuando fue rifada al poder mundial por Carlos Menem y su séquito de delincuentes (entre ellos, Néstor Carlos Kirchner, claro), al privatizarse. Una vez reestatizada, vil práctica que básicamente consistió en el "retorno de una caja importante” para la cáfila de forajidos del kirchnerismo para hacer política, YPF jamás volvió a ser la misma y por eso hoy hace agua por todos lados.

Pero insistimos en el asunto YPF: ¿Solamente desde 1992 que se la sabe una empresa vilipendiada, o por el contrario, es un lastre que arrastra desde hace varios años antes? 

Finalizada la Guerra de Malvinas (14 de junio de 1982), salió a la luz por el mes de agosto del mismo año una gravísima denuncia en la cual dos funcionarios importantísimos de YPF le vendieron combustible a los ingleses en pleno conflicto armado…



¿Y quiénes eran esos TRAIDORES A DIOS Y LA PATRIA que estaban en lo más alto del directorio de YPF y que ayudaron al enemigo británico? El subgerente de Comercio Exterior de YPF, Dr. HORNOS (antes fue operario en ESSO); y el Director Nacional de Hidrocarburos, Dr. FERNANDEZ SECO (antes había sido director en Shell). La denuncia la efectuó el dirigente justicialista Raúl Padró, caratulando a HORNOS y FERNANDEZ SECO bajo el delito de “TRAICION A LA PATRIA”, como queda aclarado en el recorte publicado y dado a conocer por la Agencia Informativa “Ciriaco Cuitiño”. 

Entre el 28 de mayo y el 25 de junio de 1982, cuando se desarrollaba la Guerra de Malvinas, “Hornos y Fernández Seco, autorizaron en sus respectivas áreas las exportaciones de combustibles en cinco barcos, con destino a los Estados Unidos”, o sea, al máximo aliado de Inglaterra durante el conflicto… En otro párrafo de la nota, dice que 

“La denuncia está relacionada con el flete a los Estados Unidos del buque “Astracruz” con 36 mil metros cúbicos de fuel oil de la empresa Shell. Según el denunciante [Padró], este combustible “podría convertirse muy sencillamente en fuel oil naval mediante un simple aditivo que con el movimiento del buque en navegación operaría de transformación”.

“Padró afirma saber que el destino del embarque era Barbados, ex colonia británica, “el cual fue al parecer cambiado por el de Nueva York debido a una denuncia administrativa”.

“Según Padró, “toda la circunstancia del asunto mueve a pensar en la nada fantasiosa eventualidad de que desde la Argentina y con fuel oil argentino se haya estado abasteciendo a la flota de guerra británica que por entonces operaba en el Atlántico Sur, contra nuestro país, o que, en el mejor de los casos, se haya proveído energéticamente al aliado de nuestro enemigo durante el período de acción bélica en las Malvinas”.”  

Entonces, a todo esto, efectuamos una pregunta retórica: YPF, ¿es o se hace? Por lo pronto, van varias mentiras que le juega en chanza al pueblo argentino, y eso es imperdonable. Por eso este artículo, por eso esta verdad.


Por Agencia Informativa “Ciriaco Cuitiño”

Clandestinidad de los Libres, lejos del Gran Hermano
Julio del Año de Nuestro Señor Jesucristo de 2020.