El día de
mañana, 18 de septiembre, se cumplirá una década del secuestro de Julio López
por parte de la ex SIDE (actual AFI) kirchnerista, perversa maniobra que,
habitual en la verba envenenada de las organizaciones subversivas, quisieron
endilgársela a ‘elementos residuales’ de los Grupos de Tarea (GT) del liberal
Proceso de Reorganización Nacional de 1976. Primera desinformación.
Prosiguieron
las mentiras, pues todavía insisten en que López continúa desaparecido, mas no
muerto. Sobre su muerte, la verdad fue que, una vez ejecutado el secuestro de
Julio López por obra y gracia de Jaime Stiusso, en octubre de 2006 lo vieron al
ex integrante de la Organización Montoneros en la Ea. “San Genaro” de San
Miguel de Monte, Provincia de Buenos Aires, ubicada sobre la Ruta Nacional Nº
3, kilómetro 135, donde López se les muere de un ataque cardíaco. Ese fue el
desenlace del otrora subversivo marxista. Unos días antes lo habían visto en
Atalaya, mismo en territorio bonaerense. Por supuesto, el kirchnerismo se
desentendió del ‘fiambre’ y lo tomó, con cinismo particular, como “mártir” del
marxismo setentoso a manos de los “militares genocidas”.
¿Cómo
siguió la novela? Muy a lo SIDE: el cadáver de Julio López fue mandado cremar,
pero antes las autoridades de Inteligencia y el kirchnerismo quisieron jugarle
una mala pasada a las autoridades del Ejército Argentino, pues pretendieron ‘tirar’
el cuerpo en Campo de Mayo. Advertido de la siniestra maniobra, el teniente
general Roberto Bendini, entonces jefe del Ejército, se negó a que le hagan esa
operación sucia.
Al
mismo tiempo, un suboficial mayor retirado, solamente identificado con las
iniciales “JP”, y que hasta hace unos pocos años continuaba operativo dentro de la Inteligencia Militar, expresó: “Bendini estaba re cagado, mandó a los muchachos de Campo de Mayo a
patrullar toda la noche para que no le tiraran el cuerpo de Julio López”.[1]
Un
dato más, y es que al mes del secuestro de Julio López, la terrorista y aliada
kirchnerista Hebe Pastor de Bonafini salió diciendo (ver imagen de esta
publicación) que Julio López no fue “un
militante típico”, en razón de que, al parecer, “el albañil tenía familiares policías”. Ella, para el caso, había
sido madrina de casamiento de Walter Docters, un ex miembro, como López, de la
marxista Organización Montoneros que en los años 70 del siglo XX había entrado
a la policía, y que ahora, en pleno siglo XXI, se encuentra detenido por violación
a los Derechos Humanos…
Contradicciones por aquí, contradicciones por allá... Así surge de este entramado oscuro, siniestro y vil elucubrado por las huestes oscuras que componen, desde hace décadas, el poder real en la Argentina y en el mundo. ¡Pero López no aparece!
Contradicciones por aquí, contradicciones por allá... Así surge de este entramado oscuro, siniestro y vil elucubrado por las huestes oscuras que componen, desde hace décadas, el poder real en la Argentina y en el mundo. ¡Pero López no aparece!
[1] “JP” es un testigo protegido de la jueza Sandra E.
Arroyo Salgado, quien también cobraba jugosas sumas en la ex SIDE por aquellos
años, al igual que el fiscal Nisman, su ex esposo. El suboficial mayor retirado vivía clandestino, hacia 2012, en la
Provincia de Córdoba.
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