Un gran torrente de información ha corrido en estas últimas jornadas con el tema que desde hace varios meses tiene en vilo al país, y en medio de todo este vendaval, sus distintos protagonistas adquieren mejores o peores posiciones, opiniones o calificaciones. Eso se debe a la velocidad de los hechos, que galopan vertiginosamente. Y allí observamos, como deshonrando la historia gallardamente forjada por ser centinela de la Patria, a la Gendarmería Nacional Argentina, reprimiendo, obedeciendo a dirigentes cleptócratas, traidores y, varios de ellos, con un pasado que huele a pólvora, a muerte.
Había sido suficiente, se dijo por allí, una orden ministerial inescrupulosa y llena de parcialidades digna de los tiempos que corren para que los gendarmes se formaran sobre la ruta 14 que surca la ciudad de Gualeguaychú, Entre Ríos y, acto seguido, se dedicaran a lanzarse con furia descomunal contra los ruralistas y trabajadores del campo que protestaban. Y las escenas fueron aterradoras, dantescas: uno tras otro iban cayendo los referentes ruralistas bajo los brazos escudados y fuertes de numerosos uniformados. Éstos sujetaban con extrema violencia y automatismo perverso de los pantalones, camperas o bombachas gauchescas a los De Angeli, Ferrari o los Sobredo, convertidos desde entonces en argentinos más queridos y respetados por la ciudadanía en general.
A esta altura no hubo más que insultos profundos contra la vieja y gloriosa Gendarmería Nacional que ahora se vendía impunemente a los nuevos señores que tienen en sus manos los destinos del país, es decir, aquellos que denigraron y desprestigiaron desde 2003 para acá a todas las fuerzas armadas y de seguridad de la nación. A ellos hicieron el cumplido los gendarmes apostados en aquella ruta provincial, tirando en unos pocos minutos la historia al servicio de la Patria que jamás se negó a cumplir. Podemos dar fe que el pueblo argentino en su casi totalidad les profirió insultos incalificables porque se dejaron mostrar a los medios como la guardia pretoriana de los asaltantes de la república, de los que pasaron por el menemismo -aunque hoy lo nieguen sistemáticamente- y por el delarruismo infames.
Pero no fue ésta la primera vez que Gendarmería Nacional Argentina se puso al servicio del kirchnerismo: fue allá por marzo de 2007 que entre 30 y 40 hombres de la Agrupación XVI de Gendarmería con asiento en Río Gallegos, Santa Cruz, se apostaron para custodiar la manzana donde se encontraba el lujoso chalet de la familia Kirchner en la ciudad antes nombrada. En la imagen que arriba de todo hemos colocado, perteneciente al mes de mayo de 2007, si se presta atención, alrededor de 41 gendarmes pueden contabilizarse frente a la residencia. Otra vergüenza de la fuerza de seguridad, que en vez de cuidar las fronteras de la Patria andaba resguardando los bienes adquiridos de forma sospechosa por la familia presidencial. Quedó consignado en una crónica periodística que en la tarde del 16 de marzo de 2007, fue el propio titular de la SIDE (Secretaría de Inteligencia del Estado), Héctor Icazuriaga, quien controlaba personalmente la indignante custodia que cumplía la Gendarmería.
En la ciudad de Río Gallegos, Gendarmería cuidaba la seguridad de unos pocos -la familia Kirchner- porque durante casi todo el año 2007 se multiplicaron las protestas allí debido al miserable sueldo que los docentes santacruceños recibían al mes, ante lo cual salieron a hacer manifestaciones por toda la provincia de Santa Cruz, con su epicentro en la ciudad capital provincial. Otro tanto ocurría en julio de 2007, debido al descontento originado por los contratos (¿o negociados?) que Santa Cruz firmó con la petrolera multinacional Pan American Energy para que ésta explote los yacimientos petrolíferos santacruceños por casi veinte años. En fin, todas estas situaciones turbias defendían los gendarmes al tratar de preservar la vida de los integrantes del clan Kirchner, a quienes la furia pueblerina les rozaba muy de cerca, sino baste recordar los huevazos y los empujones que sufrió la forajida Alicia Kirchner, hermana del ex presidente y actual ministra de Desarrollo Social de la Nación, el 12 de mayo de 2007...
GENDARMERIA HOY: ¿EL DESTINO QUE SUFREN TODAS LAS FUERZAS?
Pero volvamos al tristísimo papel jugado no hace mucho por la Gendarmería Nacional, o, dicho de otro modo, cada vez que sus nuevos amos le indicaron que actúe. No se sabe a ciencia cierta que opinión se tendrá, de ahora en adelante, sobre la Gendarmería en el pueblo argentino. A lo mejor, y arriesgamos una hipótesis apresurada, ha saltado su fusible y puede que entonces quede condenada monstruosamente como ya le han ocurrido al ejército, a la armada o a la Policía Bonaerense, fuerzas a las que no cuesta nada calificarlas muy liviana y grotescamente como de "golpistas", "fachos" o "antipueblo". Existe una dialéctica y una realidad que no pueden obviarse en las fuerzas de seguridad -como tampoco en las fuerzas armadas-, y es que si bien los tiempos de la democracia liberal-marxista les han impuesto acatar ciegamente la ley y el poder de los gobiernos "nacionales y populares", también hay que tener en cuenta que estas épocas no son tiempos alegres para los uniformados. Que cargan, injustamente, con los hechos sangrientos de un ayer mal juzgado en el presente y mayormente por quienes ejercen el poder desde 1983. ¿Y quiénes son los que hoy ejercen el poder, en los tiempos de la democracia liberal y marxista? Ni más ni menos que aquellos que, satisfaciendo al nuevo orden mundial que obliga a los países en desarrollo no tener defensa nacional, han buscado y encontrado mil y una excusas para llegar al total desprestigio en el que se encuentran las fuerzas armadas y de seguridad.
Por eso decimos, Gendarmería se ha prestado insólitamente a propinarse un mayor desprestigio. ¿O por qué se creen que ni noticias hay del Ejército Argentino para salir a ordenar un poco la anarquía que impera? Sin embargo, Gendarmería salió, y a sabiendas de conservar una imagen negativa por todo lo antes dicho, ahora quizás -ojalá estemos equivocados- se haya ganado el desprecio del pueblo.
Los que dirigen la fuerza de Gendarmería no tendrían que mancillar la historia que, sabemos, no los tuvo gruesamente implicados en el largo enfrentamiento entre argentinos que se sucedió en los años 70, y también sabemos y recordamos que hubo 7 gendarmes que ofrendaron su vida heroicamente y en defensa de la soberanía nacional cuando la Guerra de las islas Malvinas en 1982. Nada más.
1 comentario:
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