Atlas gigante sosteniendo el mundo, al pie del edificio Rockefeller Center, en la plutocrática ciudad de Nueva York. Esta figura, erguida en honor del clan especulativo y petrolero sionista Rockefeller, representa al Atlas mitológico que sostiene el mundo como representación del hombre productivo. Dentro de este concepto, subyacen tres elementos despiadados, los cuales dieron genuinos frutos podridos para la humanidad: se trata del exponente máximo del racionalismo, el individualismo y el capital.
Alan Greenspan situado a la izquierda del ex presidente norteamericano y criminal de Guerra, George W. Bush. Quien fuera presidente casi vitalicio de la Reserva Federal en los "años locos" del dominio absoluto de la economía de mercado y la destrucción de los Estados Nacionales, ahora se "arrepiente" y pide la escupidera... Él, no obstante, no debe pasar traspiés económicos en lo cotidiano. Nos carcome la siguiente intriga: todos los que lo homenajearon por tratarse de un "gurú" y un "brillante economista", ¿se arrepentirán de los premios y menciones que le otorgaron en su momento?
Inspirados, muchos de los técnicos y teóricos del ultracapitalismo especulativo y avariento, en el supuestamente invencible poder del mercado mundial bursátil, no pudieron evitar ser ellos mismos víctimas de ese pensamiento financiero-económico que los llevó, en muchos casos, a transformarse hoy por hoy en defensores del Estado fuerte y vigilante, el mismo que despotricaron con violencia inusitada en plena trayectoria del "Consenso de Washington".
Observemos, una vez más, cuántos son los que cayeron por la multimillonaria estafa financiera que ocasionó el otrora miembro reconocido de la poderosa comunidad judía norteamericana y ex presidente del Nasdaq, Bernard Madoff (datos extraídos de una nota salida en "La Nación" el 27 de diciembre de 2008):
(...)
"Al reconocido director de cine Steven Spielberg, cuya fundación filantrópica Wunderkinder habría perdido 300 millones de dólares en fondos de inversión vinculados a Madoff". Agregamos nosotros, que así como el propio hebreo Spielberg realizó la película "La Lista de Schindler", no estaría de más que se ocupara en producir, algún día, un largometraje que hable sobre el estafador congénere Bernard Madoff, el cual, y esto queda más que probado en los medios estos últimos meses, ha ocasionado un vendaval de opiniones debido a que se trata del protagonista de una de las más grandes estafas financieras de todos los tiempos. Seguimos con los damnificados:
"...se le añadieron [a la lista de caídos por la estafa especulativa de Madoff] Liliane Bettencourt, heredera de la firma de cosméticos L'Oreal y considerada la mujer más rica del mundo, la millonaria española Alicia Koplowitz, y el cineasta de esa misma nacionalidad Pedro Almodóvar.
"También resultó afectado el sobreviviente del Holocausto y premio Nobel de la Paz Elie Wiesel, cuya prestigiosa fundación reconoció en su sitio de internet haber perdido casi todos sus fondos (15,2 millones de dólares) por "la que podría ser la estafa más grande de la historia". Además, se encuentran en la lista de perjudicados el senador demócrata Frank Lautenbergs, el dueño de los Mets, equipo de béisbol de Nueva York, Fred Wilpon, y el presidente del sello cinematográfico Dream Works Animation, Jeffrey Katzenberg, quien habría perdido varios millones, al igual que el guionista de la película Forrest Gump, Eric Roth. A ellos se sumaría el magnate suizo Arpad Busson, prometido de la actriz Uma Thurman, que habría puesto 163 millones de euros en manos del economista".
Como se ve, el grupo de famosos perjudicado no dudó un instante en hacer públicas sus pérdidas, noticia ésta que recorrió prácticamente todos los rincones del planeta. Pero aquí tampoco hay que dejar pasar por alto que ellos fueron víctimas de su propia angurria de poder, al apostar en la rueda de la especulación capitalista lo que habían heredado, ganado y conseguido merced a sus trabajos. Por ende, nadie debe lamentarlos, porque los pueblos del mundo han sucumbido por la implacable e inhumana rigidez de los índices bursátiles de esa misma economía que exaltaba la ganancia individualista y enferma.
"LA REBELION DEL ATLAS", UNA OBRA QUE INSPIRO EL MAL
De seguro, el libro "La Rebelión del Atlas" inspiró a esa metodología esquizofrénica. Esta obra, aparecida un 12 de octubre de 1957, tiene por autora a Ayn Rand, y se distingue del resto por tratarse de una lamentable "Biblia" para los ayer exitosos directores ejecutivos (CEOs) de las grandes multinacionales expoliadoras del mundo. Cuando se cumplieron, en octubre de 2007, cincuenta años de su publicación, el "The New York Times", a través del periodista Harriet Rubin, anotaba lo siguiente:
"[El libro "La Rebelión del Atlas" es] una glorificación del derecho de los individuos a vivir por completo en función de sus propios intereses (...) Pero el libro atrajo el corrillo de admiradores, algunos de ellos altos ejecutivos corporativos, que no se atrevían a hablar de su impacto más que en privado. Cuando leyeron La Rebelión del Atlas, en muchos casos como estudiantes universitarios, dicen ahora, el libro dio forma y sustancia a sus pensamientos desordenados, al mostrarles que no había conflicto entre la ambición privada y el beneficio público.
"Muchos CEO de algunas de las 500 empresas más importantes que integran la lista de la revista Fortune admiten que La Rebelión del Atlas ha tenido una influencia significativa sobre sus decisiones empresariales, aunque no coincidan con todas las ideas de Ayn Rand", dice John A. Allison, CEO de BB&T, uno de los mayores bancos de los Estados Unidos. Y agrega: "Ofrece algo que los otros libros no: los principios que se aplican a los negocios y a la vida en general".
La autora de la obra que describimos fue muy amiga del fanático especulador sionista Alan Greenspan. Así lo revela el siguiente párrafo de la nota sugerida: "Uno de los devotos más famosos de Rand es Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal, cuyo libro de memorias, The Age of Turbulence ("La era de la turbulencia"), acaba de publicarse. Greenspan conoció a Rand cuando él tenía 25 años y trabajaba como pronosticador económico. Ella ya era reconocida por ser la autora de El Manantial ("El ego del hombre es el manantial del progreso humano", escribió Rand). Greenspan se había casado con una integrante del círculo íntimo de Rand, conocido como el Colectivo, que se reunía todos los sábados en su departamento de New York. Al parecer, Rand no le prestó demasiada atención a Greenspan hasta que él comenzó a elogiar algunas partes del Atlas que ella leía en voz alta a sus discípulos, según Jeff Britting, el archivista de los papeles de Ayn Rand. Britting dijo que Greenspan se sintió atraído por "la defensa moral del capitalismo que hacía Rand".
Pero, ¿ahora está arrepentido el hebreo sionista Alan Greenspan del capitalismo? ¿De qué sirve, pues, la obra "La Rebelión del Atlas" sino para hacer que millones de personas se suiciden o entren en la bancarrota? ¿Qué pasa, señor Greenspan, no habla más a favor del sistema que ayudó a engendrar desde la satánica Reserva Federal de los Estados Unidos durante tantos años? Observemos esta nota de "La Nación" del viernes 24 de octubre de 2008 que llevaba por título "Greenspan admitió sus errores y habló de un tsunami crediticio":
Alan Greenspan situado a la izquierda del ex presidente norteamericano y criminal de Guerra, George W. Bush. Quien fuera presidente casi vitalicio de la Reserva Federal en los "años locos" del dominio absoluto de la economía de mercado y la destrucción de los Estados Nacionales, ahora se "arrepiente" y pide la escupidera... Él, no obstante, no debe pasar traspiés económicos en lo cotidiano. Nos carcome la siguiente intriga: todos los que lo homenajearon por tratarse de un "gurú" y un "brillante economista", ¿se arrepentirán de los premios y menciones que le otorgaron en su momento?
"Un "atónito" Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal entre 1987 y 2006, y considerado uno de los padres de la política económica que comenzó a derrumbarse el mes pasado, aceptó ayer parte de la responsabilidad que se le endilga por la crisis actual y advirtió que el mundo atraviesa un "tsunami crediticio que se vive una vez por siglo".
"En una comparecencia ante el Comité de Supervisión y Reforma del Gobierno, en la Cámara de Representantes, Greenspan dijo que los mercados deberían haber estado más regulados, y reconoció que estuvo "parcialmente equivocado" cuando apostó por la desregulación.
"Quienes confiamos en el interés de las instituciones prestamistas en proteger el patrimonio del accionista, incluido yo, estamos atónitos y no podemos creerlo", declaró Greenspan, quien fue el primer invitado convocado por el Congreso para recabar la opinión de funcionarios recientes sobre los motivos que desencadenaron la peor crisis financiera desde la Gran Depresión.
Durante el período en que Greenspan estuvo a la cabeza de la Reserva Federal, se aceleró el proceso de desregulación y los mercados financieros multiplicaron los sofisticados "instrumentos" de inversión especulativa.
El presidente del Comité de la Cámara de Representantes, el demócrata Henry Waxman, de California, acusó a Greenspan de haber tenido "en sus manos la autoridad para impedir las prácticas de préstamo irresponsables que llevaron a la crisis de las hipotecas de alto riesgo".
"Muchos le aconsejaron a usted que así lo hiciera", afirmó Wazman. "Y ahora toda nuestra economía paga el precio".
(La nota completa, en el siguiente enlace: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1062712).
Por último, y para terminar con esta segunda parte en la que intentamos poner al descubierto la sarta mentirosa de teorías económicas que ya no revisten un ápice de seriedad y mucho menos de puesta en práctica por su descomunal fracaso, exponemos algunas opiniones de economistas y apesadumbrados viejos defensores del sistema liberal capitalista espaculativo que merecen, aunque sea, una lectura reflexiva.
En octubre de 2008, el filósofo y profesor en la London School of Economics, John Gray, dijo: "La era del liderazgo estadounidense, que comenzó en la Segunda Guerra Mundial, se terminó. El omnipotente libre mercado se autodestruyó, mientras que aquellos países que conservaron el control desus mercados se están viendo vengados". Implícitamente está defendiendo cierto proteccionismo, sistema por el que ahora piden los parias bursátiles Soros, Greenspan, o "expertos" como Fukuyama, etc., etc.
"Estados Unidos perdió su estatus de superpotencia cuando comenzó a depender del exterior para financiar el consumo interno de productos importados, deslocalizó la producción de bienes y servicios, y se sometió al gigantesco déficit presupuestario provocado por la guerra en Irak", manifestó, por su parte, el escritor y paleoconservador Paul Craig Roberts.
Miren si el problema no se complica que hasta las "imbatibles" corporaciones internacionales petroleras están reduciendo puestos de trabajo. Sabemos ello, por una primerísima fuente que está dentro de la petrolera que manejan los especuladores hermanos Bulgheroni en nuestro país (PanAmerican Energy/British Petroleum - Bridas). En fin, hasta la próxima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario