En una mesa lo
más alejada de la puerta de entrada, ahí en el bar “Lo de Gómez”, en pleno
corazón de Almagro, un informante de esta Agencia solicitó a otro que lo
esperara porque traía algunos datos por demás interesantes, traídos al presente
desde la desmemoria…
Corría
la gente; apurada, friolenta, casi siempre dispuesta a llegar rápido a los
andenes de la estación de trenes de Once, no muy distante del boliche donde uno
de los dos fervientes archivistas iba a intercambiar papeles y pareceres con el
otro, y, por qué no, algún café o copetín bien fuerte para calmar el otoño con
visos de invierno.
Al
encontrarse, ambos se saludaron por la permanencia de la Agencia Informativa
“Ciriaco Cuitiño”, que ya lleva más de una década de denuncias, con pruebas y
todo, en contra de los falsos arquetipos, de los tramoyistas de la democracia,
de los que quieren la escisión territorial. Tras las palmadas, el informante
recién llegado desplegó algunos recortes periodísticos del año 1984, referidos
a Leopoldo Moreau. Y para poner en contexto al personaje, quien traía la
información le leyó a su colega algunos datos biográficos mezclados con un
tragicómico salpicón de ‘perlitas’ sobre el ex Coordinadora. Leyó, entonces:
“A LEOPOLDO RAUL GUIDO MOREAU, nacido el 5 de
noviembre de 1946, nosotros, desde la Agencia Informativa “Ciriaco Cuitiño” lo
catalogamos como DELINCUENTE y ALTO E INFAME TRAIDOR A DIOS Y LA PATRIA”,
empezó diciendo. Su colega, al tiempo que apuraba un sorbo de la Esperidina que
se había pedido, asintió con la cabeza. El otro posó su vista en el paper, y continuó con la lectura:
“Entre los antecedentes de este DELINCUENTE,
tenemos que el 22 de agosto de 1972, al saberse de la ultimación de los 16
delincuentes subversivos que estaban detenidos en la Base Aeronaval “Almirante
Zar” de Trelew, LEOPOLDO MOREAU se puso al frente de la Juventud Radical (JR)
en una manifestación de varias agrupaciones juveniles y estudiantiles que
ocurrió en Buenos Aires, en apoyo de los terroristas fusilados en el sur…”
-‘Fijate
vos, apoyando a los del ERP-Montoneros ajusticiados por Lanusse…’, dijo
el informante que escuchaba a su colega. ‘Sí –le respondió-,
pero MOREAU dio varias volteretas en su carrera política, como buen sinarca.
Siga escuchando lo que traje’.
Prosiguió
leyendo: “En 1968, el TRAIDOR LEOPOLDO
MOREAU fue uno de los fundadores de la Junta Coordinadora Nacional (JCN),
antecesora de la temida Coordinadora Radical del masón ENRIQUE “COTI” NOSIGLIA.
Sabemos que, además, MOREAU fue el primer Secretario de la JCN en la Provincia
de Buenos Aires. Fue mentor, incluso, de su brazo universitario, la Franja
Morada, que apoyó a forajidos como OSCAR SHUBEROFF…En la UBA se siguen
acordando de él, estimado”.
Antes
de continuar leyendo el prontuario político de Leopoldo Moreau, le pidió a su
colega si quería que siguiera, pues había mucha información. Le dijo que, ante
el temor de que haya algún oído discreto que estuviera merodeando en “Lo de
Gómez”, que vaya a lo más preciso y conmovedor, para así emprender lo más
rápido posible la fuga hacia la “Libertad
de los Clandestinos”, como gusta decirse en esta Agencia. En el panóptico
de la posmodernidad, todo se ha vuelto un lúdico pero siniestro ‘Gran Hermano’,
y no es broma.
“Más contemporáneamente hablando –siguió
leyendo-, LEOPOLDO RAUL GUIDO MOREAU se
ha (re)convertido en una suerte de 'antiimperialista' del
kirchnerismo, y tiene, como hemos visto, algunos antecedentes dentro de ese
espectro izquierdoso de la Sinarquía. Así, por ejemplo, en 1972 ayudó a fundar
el socialdemócrata Movimiento de Renovación y Cambio, el de Raúl Alfonsín, otro
masón que, como abogado, defendió a subversivos del ERP y que hasta se reunió,
clandestinamente, con Mario Roberto Santucho. Ahora, MOREAU despotrica contra el acuerdo del FMI que efectuó el
Presidente y empresario liberal MAURICIO MACRI, pero…” E hizo una pausa
larga.
–‘¿Pero qué estimado? ¿Por
qué se detuvo en ese punto?’, preguntó el informante que ya, a esta
altura, había terminado su Esperidina, sabroso escudero que aliviaría las
brisas del viento porteño. ‘Bueno, vea esta hoja perdida que le
muestro’, dijo el informante lector. Y acotó: ‘Es de cuando LEOPOLDO MOREAU
apoyaba la injerencia del FMI en la política y economía de nuestro país, en
1984…”
CUANDO EL FMI
NO ERA UN PROBLEMA
La fuente obtenida por nuestro informante de la
Agencia “Ciriaco Cuitiño” era inobjetable. Se trata de una noticia que apareció
en un periódico ¡¡alfonsinista!!, llamado Tiempo Argentino, en su edición del
lunes 8 de octubre de 1984, página 6.
Allí se observa una foto de
Leopoldo Moreau con un epígrafe que dice: “MOREAU.
BALANCE POSITIVO”. Y el subtítulo de la nota en cuestión, reza: “DEFENSA DE LA POLITICA DE DERECHOS HUMANOS
Y DEL ACUERDO CON EL FMI”… Un dato que no debe escapar al análisis de esta
‘perlita’ del Moreau pro-FMI, es que el periódico Tiempo Argentino fue un medio alfonsinista, y ese nombre fue retomado,
varias décadas más tarde, para crear un diario de barricada, gratuito, del
kirchnerismo. ¿Casualidades? No, causalidades. Sigamos con lo que decía este
Moreau amigo del organismo de usura financiera mundial.
En el primer párrafo, queda
expuesta la postura de quien hoy aborrece de las políticas macristas a favor
del FMI:
“El
diputado radical Leopoldo Moreau (…) sostuvo que el acuerdo con el Fondo
Monetario Internacional es “una imposición de la realidad””.
Y más adelante, agregó más
ingredientes para legitimar y defender el histórico sojuzgamiento nacional a
manos de la usura internacional, diciendo:
“Al
hablar sobre el reciente acuerdo logrado por el actual gobierno con el FMI,
Moreau indicó que fue “una imposición de la realidad”. La gente –dijo Moreau-
tiene la sensación de que la negociación con el FMI implica resolver todos
nuestros problemas o no solucionar ninguno de ellos”, y “eso no es así””.
-‘Mire, estimado –dijo nuestro
agente al desmentir a Moreau-, este ladrón impresentable tiene
bien ganado un lugar en el infierno, dado que recientemente fue de los
Diputados Nacionales que votó a favor de la media sanción del asesinato del
aborto, el 14 de junio de 2018 en el Congreso. Siempre dirigió sus esfuerzos en
contra de los intereses argentinos. Y podríamos seguir diciendo algunas
verdades más de MOREAU, como que su supervivencia durante la dictadura
cívico-militar de 1976 se basó en la delación de sus propios compañeros de trabajo en
el diario “La Opinión”, cuando su director era el general TEOFILO GOYRET. La
dictadura arrojó cerca de un centenar de periodistas que hoy siguen
desaparecidos, ¿sabrá algo MOREAU?’
Más avanzaba la noche, más
calaba en los huesos el viento polar en las calles de Almagro. Nuestros
informantes pagaron la cuenta y se despidieron, hasta otro encuentro, que sólo
Dios sabe cuándo será. Y de ese encuentro que acababa de finalizar, quedó esta
nota.
Por El Católico
Descamisado
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