Abril de 2018. El
secretario general de UTHGRA (gastronómicos), Luis Barrionuevo, se sentó ante
las cámaras de televisión y, pletórico desde su nuevo rol de Interventor del
vilipendiado Partido Justicialista (PJ), se fue en elogios para con quienes lo
flanqueaban a ambos costados: Julio Bárbaro, a su izquierda, y Carlos
Campolongo, a su derecha.
Los
dos recibieron palabras de enjundia por parte del viejo amigo de Enrique “Coti” Nosiglia, masón y ex Ministro de
Interior de Raúl Alfonsín, verdadero propulsor de Barrionuevo, previo convenio
con la jueza Servini de Cubría, para intervenir la sede de la calle Matheu, en
Capital Federal.
Y
para que no queden dudas de tales plácemes, Barrionuevo les dio un cargo a cada
uno. Así, Julio Bárbaro surge como Coordinador Político del PJ, mientras que
Carlos Campolongo será el vocero de la intervención. Los presentes –unos cuántos-
aplaudieron la medida y, hasta el momento, ven algo allanado el camino para,
desde el PJ, ese eterno trampolín, lanzarse a la palestra electoral del 2019 con
alguna fórmula presidencial.
En
cambio, desde la Agencia Informativa “Ciriaco Cuitiño” y el Movimiento Cívico
para la Cultura Nacional, notamos, una vez más, la traición de poner a ciertos
personajes de dudoso pasado a comandar el PJ, más allá, claro, de que, como
decía el teniente general Juan Perón, lo más trascendente es el Movimiento
Nacional Justicialista, no el partido que, ante cualquier circunstancia, puede
llamarse “Unión Popular”, “FREJULI”, “FRECILINA” o “Mongo Aurelio”.
CAMPOLONGO:
PERIODISTA Y POLITICO
Nacido el 13 de julio de 1947 en Buenos Aires,
Carlos Manuel Campolongo se hizo conocido, principalmente, como periodista televisivo
y radial en las décadas de 1970 y 1980. Fue muy conocido en los canales 9, 11 y
7 (entonces, ATC), profesión que compartió con sus estudios de abogacía y
psicología, carreras que concluyó, la primera, en la Universidad del Salvador (USAL),
y en la UBA, la restante.
Aunque
al regreso de la democracia liberal (1983) no estaba tan desarrollado como ahora
el tema de la comunicación en una campaña política, Carlos Campolongo bien pudo
haber asumido culpas cuando, siendo uno de los principales voceros del
precandidato Ítalo Argentino Luder, el peronismo perdió las elecciones presidenciales
ante el socialdemócrata Raúl Ricardo Alfonsín Foulkes.
La
introducción de Campolongo al peronismo no fue tan auspiciosa que digamos. Lo
hizo de la mano del delincuente Carlos Grosso[1]
en las postrimerías del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional.
El
PJ, que ahora lo tiene como vocero, en esa época estaba por primera vez en el
bando de la derrota, lleno de internas y con varias recriminaciones que
terminaban en serios replanteos y diásporas entre sus filas. Carlos Campolongo
sería uno de ellos, pues se replegó al ámbito periodístico. Pero igualmente se
quedó deambulando en la política…
CAMPOLONGO Y EL
GRUPO “B”
Raúl Alfonsín, masón iniciado en la Logia “Teodoro
Herzl” Nº 402, estaba a sus anchas, y, dueño absoluto de los resortes del
Estado, empezó a echar mano de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE)
en las proximidades de las elecciones legislativas del 3 de noviembre de 1985,
el primer gran desafío que tuvo la UCR desde que había obtenido la presidencia
del país.
En un documento que obra en
poder de esta Agencia, que lleva por remitente “PRESIDENCIA DE LA NACION – SECRETARIA GENERAL”, damos cuenta de
una lista con nombres y apellidos de reconocidos periodistas que se prestaron a
recibir dinero de la SIDE para desprestigiar, con famosos “carpetazos”, a
dirigentes sindicales peronistas. Veamos un poco más en detalle el documento.
Entre
esos periodistas estaba Carlos
Campolongo, y otros tantos como Magdalena
Ruiz Guiñazú, el finado Emilio
Corbiere, Fernando Bravo, Enrique Santos Biasatti, José “Pepe”
Eliaschev, una jovencísima Mónica
Gutiérrez, Hugo Gambini, Germán Sopeña y varios más.
Los
nombrados fueron divididos en 4 Grupos: A, B, C y D. En el caso de Carlos
Campolongo le tocó el Grupo “B”, recibiendo, por su desalmada e ilegal labor,
la suma de U$S 5.000.-, una buena
suma de dinero para aquellos años. De acuerdo a la letra asignada, cada Grupo
recibía una remuneración diferente que, seguramente, era proporcional a la
tarea que los ‘servicios’ de Inteligencia les designaban a sus miembros.
Por
ejemplo, y de acuerdo a la lectura del documento, los “voceros” del Grupo “A” recibían U$S 7500.-; los del Grupo “B”
(como Campolongo), $ 5000.-; los del Grupo “C”, $ 3000.-; y, quienes estaban
destinados al Grupo “D” unos $ 1000.- cada uno. En cuanto a la “FORMA DE PAGO”, el mismo se efectuaba
en tres partes: “25% el 15 de octubre –
30% el 25 de octubre – 50% el 7 de noviembre” de 1983.
Ahora,
fíjense ustedes, lectores, lo que dice el archivo respecto al íntimo
conocimiento que tuvieron los implicados para atacar al peronismo y a las
FF.AA. en esos meses finales de 1985, en plena campaña electoral:
“Dado que los aportes señalados se trataron
en forma personal e individual, la presente información tendrá carácter
reservado no emitiéndose (ilegible) comunicación al respecto.”
Es
decir, que Carlos Campolongo y todos sus colegas fueron avisados personal e
individualmente de las acciones que iban a cometer con sus comentarios, notas,
publicaciones, etc., para perjudicar a los gremios peronistas y a los militares,
como veremos más adelante.
Quien
encabezaba y, de alguna manera, dirigía este grupo de secuaces, era el inefable
Guillermo Patricio Kelly, de quien se toman las siguientes recomendaciones o
recaudos:
“Pese a las dudosas cualidades de lealtad
que caracterizan a KELLY, su persona puede convertirse en un eficiente vocero
en la generación de versiones y en la formulación de acusaciones que, por su
naturaleza y destinatarios, es obvio no podrían hacerse a través de
funcionarios gubernamentales o de miembros de la U.C.R.”
Y, a renglón seguido, se
asevera la mano de la SIDE y de la SIP (Secretaría de Información Pública) en
todo este lodazal en el que estuvo involucrado el hoy vocero del PJ y harto
elogiado por Barrionuevo, Carlos Campolongo:
“Las acciones que se encomiendan a
Guillermo Patricio Kelly, deberán estar perfectamente integradas dentro del “Plan
General de la Campaña” [de 1985] y su coordinación y control estarán bajo
directa responsabilidad de la SIDE y de la SIP, bajo supervisión del Equipo de
Dirección y Coordinación.”
OBJETIVOS DE LA
SIDE DE ALFONSIN
De lo primero que se debía “reunir antecedentes”, era de los “Actos delictivos de Dirigentes Sindicales Peronistas”, reza el
documento. Y se especificaba que, para dar cumplimiento a dicho objetivo, “Se hará especial hincapié en aquellos
dirigentes que figuran como candidatos, tales como Herminio Iglesias y Jorge
Triacca (sic)”, y que “Junto con
ellos deberán reactualizarse episodios todavía no clarificados judicialmente,
como los casos UOM y Lorenzo Miguel, Diputado Imbelloni, etc.”.
En
la lista de enemigos a descalificar a través de la SIDE en tiempos de Alfonsín
empleando a pigmeos como Campolongo, también figuraban la búsqueda de “Antecedentes
varios de Personal Militar de Alta Jerarquía” y de “Antecedentes de Personas
Civiles que tuvieron o mantienen relaciones con personal de las FF.AA.”.
Pero no eran zonzos los
radicales, pues como “RECOMENDACIÓN ESPECIAL” emiten en el documento que había
que omitir “toda referencia a probables relaciones de los acusados con el “Grupo
Guglielminetti””, dado que Raúl Guglielminetti, como la Agencia Informativa “Ciriaco
Cuitiño” lo publicó en una nota del 14 de marzo de 2008, “se desempeñó como
agente de la SIDE, y estuvo ligado a la ultraderechista Triple A del masón y
umbandista José López Rega”.
Alfonsín, sigue diciendo la
nota de esta Agencia, “jamás pudo
desconocer que el personaje [Guglielminetti] que lo acompañaba en alguna de sus
reuniones violó los derechos humanos entre 1976 y 1983”. Raúl
Guglielminetti actuó entre 1968 y 1981 en el submundo de los ‘servicios’ y el
hampa, pero
“en
marzo de 1983 fue nuevamente convocado a la seguridad de la Casa Rosada,
permaneciendo con intermitencias hasta 1984 y 1985, cuando se lo empezaba a
investigar por lo ilegal de sus actos.”
De allí, entonces, los
recaudos que se piden a los contratados para no investigar al “Grupo
Guglielminetti” de que hace referencia el documento de la SIDE-UCR al momento de
publicar los antecedentes de aquellos civiles o militares que actuaron en la
represión de los años 70.
Y en todo ese meadero estuvo
implicado Carlos Campolongo, un charlatán que se tiró contra el peronismo, y
que ahora dice encausar junto a otros de su misma calaña en un nuevo acto de
oportunismo y traición.
Por 45
Peronistas de octubre
[1] Grosso actuó en la subversión junto a Rodolfo
Galimberti y Luis Alberto Spinetta en JAEN (Juventudes Argentinas para la
Emancipación Nacional), y también en la CGT de los Argentinos, donde compartió
militancia con el ‘doble agente’ Horacio Verbitsky. Se relacionó a la
Organización Montoneros, y, ya reciclado, fue Intendente de Capital Federal
durante la presidencia del agente Carlos Saúl Menem, donde llovieron casos de
estafas y corrupción (1989-1992).
2 comentarios:
Mucho gusto en encontrar esta agrupación, me encantaría saber más de ella y sus valores, estuve mirando el grupo Aurora en otra oportunidad. <3 tengo 21 años y me considero nacionalista. No encontraba un grupo que elevara los valores que yo y mi familia tenemos, pero veo que hay una.
Quisiera destacar que no soy partidaria del discurso nacionalista católico, el cual predominó a partir de 1930 y promulgaba una educación basada en la Doctrina y la Verdad desde la escuela pública. La religión católica es el gran virus que aprisiona y embelesa al país argentino, éste, debe valorar sus raíces indígenas y entender al paganismo como su origen, respetarlo y proceder a difundir el respeto por la diversidad y la memoria colectiva, de los descendientes. El catolicismo es el reflejo de los colonizadores por sobre nosotros, el catolicismo y las tontas ramas del evangelio, sólo atrasan y emboban al ser humano que necesita la práctica, el hecho y no el ocio. La instrucción, el oficio, la carpintería, la herrería, etc. Alberdi y Sarmiento delinearon un proyecto de país pro-europeo y no sirve compararnos con Europa, hay que trabajar con lo que tenemos, con quienes somos realmente y no sentirnos inferiores ni tercermundistas... Somos un país en crecimiento y no necesitamos como parámetro civilizador, el compararnos con otros países. Es un horror para mí, ver a tantas estúpidas celebrar los ''baby shower'' sin acaso comprender las raíces de tan estúpida ocurrencia yankee. Deberíamos pensar en mirar a Ucrania, Rusia, Corea, Irlandia, Finlandia, Islandia, México, Brasil, Chile, Perú, con otros ojos, y aprender más de ellos y no buscar inculcar a nuestra descendencia tonterías que sólo transgreden la verdadera cultura que ha sido aniquilada y arrancada.
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