lunes, 26 de noviembre de 2007

EL PASADO 11 DE NOVIEMBRE SE CUMPLIERON 3 AÑOS DE LA MUERTE DE YASSER ARAFAT...

Otros tiempos: Yasser Arafat y Saddam Hussein, fundidos en un abrazo para el Islam.


En noviembre 11 de 2004, y lejos de Medio Oriente, moría el líder histórico del pueblo de Palestina tras una vida dedicada a la lucha contra el brutal poderío sionista.

Los medios locales e internacionales el último 11 de noviembre, se guardaron el derecho de casi ni mencionar esta fecha trascendental y tan importante para la hoy ensangrentada región de Medio Oriente. Muy distinto a la repercusión que merecieron -para dichos medios- otros acontecimientos tales como aniversarios de atentados contra ciudades occidentales o la muerte de algún que otro ex presidente de los Estados Unidos.

Porque creemos que la causa perseguida por Yasser Arafat tuvo que ver por su enfrentamiento contra uno de los pilares de la sinarquía internacional, es que queremos transcribir algunos párrafos del libro "Medio Oriente, ¿la mecha del polvorín?", de Atilio Bletta, obra que corre el velo que oculta la historia prohibida para los medios actuales de información masiva, es decir, la que derivó en la usurpación ilegal de Palestina por parte del pueblo hebreo y la posterior lucha de la personalidad que recordamos ahora. Gracias:

EL ESTADO DE ISRAEL

La creación del Estado de Israel en mayo de 1948 fue el resultado del exitoso proyecto sionista de impulsar una patria para los judíos. Pero también fue el producto de la Guerra Fría, o lo que es lo mismo, la rivalidad entra las dos potencias (EE.UU. y la URSS) que dividieron al planeta en áreas de influencia, hasta la caída del muro de Berlín (setiembre de 1989) y el derrumbe de la Unión Soviética.

El sionismo fue la obra de un puñado de judíos europeos que desde fines del siglo XIX se organizaron con el propósito de fundar un estado, si era en Palestina mejor, para todo judío que quisiera participar de esa cruzada.

(...)

En cambio, el proyecto sionista nació primero en el papel. Fue la creación intelectual de un núcleo muy tenaz e inteligente de judíos, muchos de ellos poderosos (como los banqueros Rotschild que ganaron con facilidad el respaldo de otros miles de judíos en Europa y América).

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Tomada la decisión de plantar el Estado en Palestina, los sionistas siempre supieron que se iba a tratar de una conquista, que para sembrar de judíos Palestina había que correr de lugar, por las buenas o por las malas, a la población árabe que allí estaba viviendo.

Tan claro tuvieron los sionistas cómo y qué había que hacer para crear un estado que cobijara a los judíos que se dieron a la misión de promover la colonización judía en la región.

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Otro aspecto fundamental que facilitó esta empresa fueron las buenas relaciones que la Organización Sionista Mundial (OSM) entabló con los que mandan en el mundo.

Los dirigentes de las potencias europeas y de los Estados Unidos sabían que luego de la Primera Guerra se iban a producir modificaciones de importancia en el mapa europeo y del mundo.

También la dirigencia sionista anticipó que muchos territorios iban a cambiar de manos y que crujirían hasta quebrarse y desaparecer los imperios que fueran vencidos después de la guerra.

Entonces la OSM realizó una intensa tarea diplomática para que Gran Bretaña y Francia atendieran el reclamo de fundar un país para los judíos en Palestina.

La estrategia sionista no reparó en medios ni en métodos de lucha. Todo sirvió para llevar adelante el objetivo: la colonización, la diplomacia, la guerrilla, el terrorismo contra las tropas inglesas que defendían la idea de crear dos estados en al región: uno palestino y otro judío. Hasta la guerra abierta contra los árabes para fundar el país.

Casi 60 años después, lo que impacta y llama la atención es la unidad de miras de la Organización Sionista Mundial y la decisión de sortear todas las dificultades para conseguir el objetivo. No resultaba una tarea sencilla construir de la nada un país y sin embargo lo hicieron, lo llevaron adelante. Pero con un costo fenomenal para los árabes derrotados que nunca se quisieron dar por vencidos.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Leí unos capítulos del libro que mencionan. Qué más agregar...

VIVA LA LUCHA DEL PUEBLO PALESTINO!