La biografía de Napoleón Bonaparte fue tan explicada y divulgada que intentar aportar algo más sobre ella puede resultar reiterativo, cuando no aburrido. Sin embargo, persisten algunas cuestiones algo borrosas sobre el personaje, lo cual, la mayoría de las veces, son "resueltas" o superadas con argumentos dudosos o simplistas. Para los acontecimientos de nuestro país durante el siglo XIX, el protagonismo del Emperador Bonaparte fue, diríamos, vital. Su invasión a la España monárquica en 1808 fue el detonante para que en los virreinatos de América estallaran las revoluciones que terminaron con las posesiones españolas de ultramar.
Afirmamos, sin temor a equivocarnos, que la Revolución de Mayo de 1810 fue producto de tal acción de la Francia napoleónica, y, más discretamente, de los agentes ingleses que prepararon a los mejores militares sudamericanos para que comiencen las guerras por la 'emancipación' continental. España, según afirmó cierta vez Francisco Franco, sufría el escarnio de sus posesiones por haber perseguido a los judíos conversos en los siglos XV y XVI.
Es decir que Napoleón Bonaparte, para nosotros, no es algo menor. Pero podríamos decir que su oportuno auge como militar y político no fue casual, sino que respondió a una etapa del devenir histórico de las ideas de la Revolución Francesa. Semejante actuación de la masonería, que vino a romper con el viejo orden religioso, necesitaba expandirse para que el mundo lo adopte definitivamente. Allí, para cumplir dicho objetivo, es que estuvo Napoleón Bonaparte. Su final no fue el final del ideal que deseaba promover por Europa, sino el final del hombre, nada más.
ASPECTOS MASONICOS DE NAPOLEON BONAPARTE
Hacia 1790, señala la fascinante obra "Historia Universal de las Sectas y Sociedades Secretas" de Jean-Charles Pichon, todavía los judíos en Europa continuaban proscritos y sin derechos, y que luego del advenimiento de la Revolución Francesa se los liberó. Esto, se argumenta, fue obra de la Masonería Especulativa y del concepto que dudosamente instaló: el de la justicia igualitaria, y Napoleón no lo desconocía.
Existen varias afirmaciones de la pertenencia de Napoleón Bonaparte a la Masonería. Por ejemplo, el escritor Jean Morvan o el barón Comeau, entre otros, declaraban que Napoleón "había recibido la luz" en una logia egipcia que estaba en Italia. Otros afirman que Napoleón Bonaparte fue iniciado en la localidad de Wagram, Austria, en la logia del hebreo Adam Weishaupt, los Illuminati de Baviera. Dos versiones más se agregan a su iniciación como masón: F. T. B. Clavel "nos dice que "el emperador fue recibido masón en Malta", en ocasión de la campaña de Egipto" y, finalmente, "el abate Gregoire asegura que la iniciación tuvo lugar el 6 de junio de 1805".
"Nosotros opinamos que estos testimonios no se contradicen, porque no se puede excluir la posibilidad de que Bonaparte, inciado bajo el Directorio, fuese admitido, una vez emperador, por otras logias, más que dichosas de dar entrada a un tal Maestro", se lee en la obra antes mencionada. De tal modo, H. Cambacéres tenía los siguientes títulos masónicos: A) Gran Maestro adjunto del gran Oriente, B) Soberano Gran Maestro Comandante del Consejo Supremo, C) Gran Maestro de honor del Rito de Heredom, D) Jefe Supremo del Rito Francés y E) Gran Maestro nacional de los Caballeros Bienhechores de la Ciudad Santa.
Asimismo, Napoleón Bonaparte mientras obtenía sus brillantes victorias, era recibido con honores y banquetes por las distintas logias pertenecientes al Gran Oriente de Francia.
En 1808, por ejemplo, el ya Emperador Napoleón le permitió realizar al fundador de la Orden del Templo Moderno, Fabié-Palaprat, el aniversario del último Gran Maestre Templario, Jacques de Molay. Para la época, aproximadamente 1805, se fundaron otros ritos masónicos que no necesariamente estaban bajo la órbita de la Gran Logia Unida de Inglaterra, como el Rito de Menfis-Misraim, cuyo origen se remonta al pueblo de Narbona, Francia, y estaba dirigido por los Fidelfos. Se dice que tanto este rito como el de Misraim, que surgió en Italia, fueron inspirados por las campañas napoleónicas hechas en Egipto. Napoleón Bonaparte fue un defensor de este tipo de ritos 'paramasónicos', lo cual, no obstante, y luego de la debacle y muerte de Napoleón, sufrieron persecuciones violentas. Los Misraimitas fueron denunciados como "peligrosos para la seguridad del Estado" en 1817 (Napoleón ya estaba encerrado en la isla de Santa Elena), y se los persiguió ferozmente entre 1822 y 1831, aunque dicho ritual continuó existiendo hasta 1868, más o menos.
Bernard-Raymond Fabré-Palaprat fue el fundador de la Orden del Templo Moderno, continuadores de la perseguida y extinguida Orden de los Caballeros Templarios. Le solicitó a Napoleón Bonaparte la celebración de un aniversario en honor del último Gran Maestre Jacques de Molay, hacia 1808.SURGIMIENTO DE LA MASONERIA RACIONAL EN OPOSICION DE RITOS PARAMASONICOS DE FRANCIA
El esplendor de la Francia imperial que había construido Napoleón Bonaparte a partir de 1804 y hasta 1815, también se hizo sentir en la Francmasonería. Como decíamos, las campañas de Egipto motivaron la fundación de dos ritos: el de Menfis-Misraim y el de Misraim. Ambos comulgaban con lo que podríamos llamar la Francmasonería 'Francesa', pero no con la Gran Logia Unida de Inglaterra, madre de la Masonería Regular. Por ello se hizo necesario combatir a los dos ritos fundados en tiempos de Napoleón, porque llegado el momento, la Masonería como tal podía haber sufrido un estallido interno que, a lo mejor, desvirtuaría su macabra intención de constituirse como una internacional de poder universal.
En los últimos tiempos del Imperio francés, "las sectas filadelfas y otras no podían modificar la tendencia mayor de la Francmasonería hacia un racionalismo cada vez más seguro de su victoria final. Pero mientras ellas se inquietaban por mantener una tradición rosacruciana o templaria, el Emperador [Napoleón Bonaparte] y el Gran Oriente dirigían una empresa mucho más importante para el porvenir de Europa".
¿Cómo viene en todo esto la Orden de los Rosacruces, que arriba se menciona? Porque el Rito de Misraim estaba inspirado en la orden de los Rosacruces (véase http://menfismisraim.netfirms.com/misraim.html). Y la confrontación interna entre rituales masónicos venía signado porque el expansionismo imperial de Francia chocaba con Inglaterra. No debe olvidarse el bloqueo de puertos que Napoleón realizó contra Inglaterra cuando aquél se instaló en España y capturó Portugal entre 1808 y 1809. La finalidad de tal bloqueo consistía en arruinar la economía inglesa, es decir, que no obtenga beneficios comerciales con Europa continental, entonces casi completamente en manos de Napoleón. Seguramente aquí radique la posterior eliminación, una vez caído Bonaparte, de los ritos franceses que no obedecían las directivas de la Gran Logia Unida de Inglaterra, como se ha dicho.
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