sábado, 22 de octubre de 2011

UN VERDADERO AMIGO: KHADAFY (NOTA DE PATRICIO MAGUIRE, 1982)

Yasser Arafat y Muammar Khadafy. Resistencia nacionalista del islamismo antimasón y antisionista.


Cuando el país de los gangsters, Estados Unidos, con quien en mala hora los ingenuos y/o capaces que nos gobernaron, habían firmado tratados de ayuda mutua, y que mentirosamente anunciaron desde hace siglo y medio nos protegían con su “doctrina Monroe”; cuando la Europa decadente, prostituida y homosexual, constituida en servidora de los intereses de los gangsters de la OTAN, se prosternó, con la excepción de Irlanda y de Italia, ante los paranoicos histerismos de la menopáusica Thatcher y su reina en ruleros y baby-doll con su amante de los bajos fondos del Soho; cuando España, la madre patria bajo el yugo de un Borbón incapaz de lavar la afrenta de Gibraltar y sólo anhelante de convertirse en el más servil de los países de la OTAN; cuando países del Tercer Mundo, pero aún colonias financieras de sus ex metrópolis votaban a favor del imperialismo anglosajón en el Consejo de Seguridad y en la OEA; cuando países hermanos de sangre, de idioma y religión como Chile y Colombia traicionaban la causa de Indo-hispanoamérica; cuando Israel especulando con un futuro de sometimiento del país a la política sionista nos vendía a buen precio sus armas; cuando sólo contábamos con la adhesión, con las excepciones señaladas, de nuestros hermanos de América latina, un gobernante que surge con volumen de verdadero estadista, aunque su país sea limitadamente poblado, nos ofreció y envió las armas más modernas de su arsenal, incluyendo los famosos Exocet, en forma totalmente gratuita. No quería un centavo.

Sabía que luchábamos por la libertad, por la dignidad, por la independencia. La verdadera libertad que está tanto o más lejana del brutal capitalismo que del marxismo.

Muhammar El Khadaffi merecerá para siempre el respeto de los argentinos. Una calle de nuestra metrópoli merece perpetuar su nombre y el de su país. ¿Por qué no se cambia el nombre de Sarmiento, que vendió el país a Chile, y justificó la usurpación británica de las Malvinas, por el nombre de este estadista bienhechor y desinteresado?

El corrupto mundo occidental, especialmente Estados Unidos e Inglaterra, quieren hacer creer que Libia y Khadaffi constituyen un peligro para el mundo “occidental y cristiano”. Aseguran que fomenta los movimientos guerrilleros. Que es terrorista. Todo lo cual no es otra cosa que un tejido de mentiras y patrañas para desviar la atención de los verdaderos fomentadores de la guerrilla y del terrorismo: la CIA y el Intelligence Service que necesitan de esos métodos para desestabilizar a los gobiernos que no se les sometan o que pretendan mantener un mínimo grado de dignidad. Y el aliado de éstos, Menahem Beguin, el máximo guerrillero de todos los tiempos, cuya obra La rebelión constituye el libro de cabecera de todos los guerrilleros y por ello le otorgaron el premio Nobel de la Paz.

Arremeten Reagan y sus acólitos contra Khadaffi. Pero nada dicen, por ejemplo, del superdemocrático gobierno de Suecia, que ha incluido en su presupuesto una partida de cuatrocientos millones de coronas (cien millones de dólares) anuales para subvencionar los movimientos guerrilleros de todo el mundo, incluidos los de nuestro país. Nada dicen de la subvención del gobierno sueco a los refugiados guerrilleros en su país, con seiscientos dólares mensuales, vivienda privilegiada, obra social con vacaciones pagas de un mes por año, etcétera. ¿Por qué Reagan y la Thatcher no se refieren a esto? Simplemente porque Suecia integra el complejo supercapitalista y sus subvenciones son para los elementos desestabilizadores al servicio de la CIA.

Naturalmente que esta actitud de Khadaffi ha disgustado a ciertos factores de poder criollos que definitivamente juegan para el supercapitalismo como el diario La Prensa, que en uno de sus seudos editoriales se indignó por la donación de Libia, y por el reconocimiento que los comandos de las tres armas habrían hecho a Khadaffi. Lamentablemente uno de esos comandos, cediendo a la presión de La Prensa se apresuró a desmentir que hubiera hecho el homenaje. Lo que hubiera correspondido era ratificar el homenaje y resaltarlo ante la opinión pública. Porque la gratitud hacia quien desinteresadamente nos ofreció ayuda hace a la dignidad de la Nación, al honor militar y al de todos los argentinos.

También se quiere hacer creer, por medio de la prensa orquestada por los gangsters, que el régimen de Khadaffi es marxista. Nada más alejado de la verdad, salvo que Dios y Alá se hayan hecho marxistas, o el marxismo se haya convertido en una religión. Khadaffi es quizás el gobernante más religioso del mundo, después del Santo Padre. Impone el cumplimiento de los deberes religiosos. Es decir que es esencialmente antimarxista. Eso sí, ante la agresión de que es objeto en forma constante y por los medios más diversos por los gangsters, Libia ha debido buscar su salida comercial por el lado del bloque comunista. Exactamente igual que la Argentina, que durante el gobierno antimarxista y depredador del “Proceso”, encontró el mejor cliente de sus productos y los precios más convenientes en el mundo comunista.

Es inconcebible que las autoridades argentinas no hayan otorgado la ciudadanía honoraria a Khadaffi y condecorado con la Orden del libertador general San Martín.

Khadaffi ha cumplido una notable obra de gobernante: vive en medio de una modestia increíble, dedicando todas las riquezas del país a levantar espiritual y económicamente a su pueblo, habiéndolo transformado en pocos años.

Khadaffi logró todo ello previa supresión de la masonería y demás organizaciones rotarias, etcétera, destinadas a mantenerlo en la sumisión de los imperialismos. Tampoco funciona el partido comunista.

Todo argentino de bien está obligado a agradecer el noble y desinteresado gesto de este verdadero amigo.



Fuente: Revista “Informaciones sobre Masonería y otras sociedades secretas”, N° 8, Año II, 1982, Páginas 4, 5 y 6.

NOTAS

Sin lugar a dudas, un nuevo mártir ha surgido en aquellos países hoy acosados por la violencia del Nuevo Orden Mundial sinárquico: el coronel Muammar Khadafy. Hecho con el poder en 1969, a través de un golpe militar, este hombre de la milicia dio un duro cimbronazo al clan petrolero-financiero mundial cuando nacionalizó el petróleo que la riqueza natural de su suelo posee.


El mártir Muammar Khadafy rodeado de sus asesinos, sicarios del Nuevo Orden Mundial. Fue ultimado en su pueblo natal, Sirte.


El petróleo libio fue descubierto en 1959, y durante una década fue usufructuado por empresas internacionales, básicamente inglesas. Hasta la irrupción de Khadafy, Libia era un país pobre y sus ciudades tenían grandes proporciones de habitantes con problemas de desnutrición. Estatizado el petróleo, hubo un auge en la República Islámica de Libia. La Enciclopedia Hispánica (1991), así lo grafica:

“Los ingresos derivados de la explotación del petróleo han permitido al gobierno libio desarrollar planes de bienestar social que, en determinados campos, han mejorado considerablemente las condiciones de vida del pueblo libio. Una extensa red de hospitales y centros de salud suministra cuidados sanitarios gratuitos a toda la población. (…) El problema de la desnutrición, antes muy extendido, ha sido eliminado.”

No fue la Libia de Khadafy intolerante con el tema de los cultos religiosos. Referencia la misma fuente: “La religión practicada por la inmensa mayoría de los libios es el islamismo; una minoría de la población profesa el cristianismo. El estado garantiza la libertad religiosa”. Y, celosa guardiana de las prácticas ancestrales, el régimen ya depuesto tenía una “vida cultural (que giraba) en torno a las tradiciones populares; a menudo se celebraban festivales de música y danza. La música tradicional es típicamente árabe, basada en la combinación de flautas y tambores. (…) El gobierno ofrece ayudas para el mantenimiento y desarrollo de las artes y el folclore en general”.

Por si caben dudas de la fuente utilizada, diremos que la Enciclopedia Hispánica es la rama española de la mundialmente famosa Enciclopedia Británica (mejor conocida como Encyclopedia Britannica Publichers, Inc.). Nunca fueron aliados, que se sepa, los británicos y los libios, salvo cuando en 2003 Khadafy decidió suspender el plan nuclear de su país.

Ahora asoma en Libia el germen de la guerra civil, alentada desde el exterior con delirio y cinismo. Ahora viene la entrada irrefrenable de la “Libertad”, de esa “diosa” que desde 1789 viene endulzando los oídos de los crédulos sin que, en la práctica, se vean sus magnánimos prometidos resultados. Únicamente habrá Libertad cuando también cobre nuevos bríos el vocablo Igualdad. Por eso, no sabemos hasta qué punto es viable la frase de José de San Martín cuando dijo “seamos libres, que lo demás no importa”. La libertad puede derivar, sin marcos que la equilibren, en un libertinaje ruin y terriblemente sanguinario. Solamente aceptan la “Libertad” sin “Igualdad” los especuladores capitalistas y liberales de nuestra era, para quienes no habría límite alguno (se está en plena y absoluta libertad) a la hora de generar ganancias desmedidas, intolerantes y despiadadas.


SUNNI COMO SADDAM HUSSEIN

El Diccionario Enciclopédico que en 1999 sacaron conjuntamente Editorial Planeta y el liberal periódico “La Nación”, arguye que la República de Libia tenía como religión al islamismo sunnita (un 97% de la población lo era). A partir del martirio de Khadafy, se importarán las sectas de todo tipo, se ultimarán las enseñanzas islámicas, y se las reemplazará por la herejía y el ateísmo dirigidos por y desde las usinas donde operan los más fanáticos sociólogos, psiquiatras y tecnócratas de la globalización.

Como hombres que se resguardan bajo los títulos insobornables del patriotismo y el honor, tanto Muammar Khadafy como el ex presidente de Irak, Saddam Hussein (otro islamita sunni), fueron muertos poniendo en empeño sus palabras. El primero había dicho, mientras resistía, que iba a pelear hasta el final, y así fue. Hussein dijo lo mismo en reiteradas oportunidades.


Otro mártir del Panarabismo: Saddam Hussein al-Tikrit. Los traidores no quisieron mostrar sus rostros.



En abril de 2005, al ser interrogado por el agente sionista Donald Rumsfeld en la prisión donde las FF.AA. de Estados Unidos lo tenían secuestrado, cerca del ruinoso Aeropuerto de Bagdad, Saddam Hussein le manifestó: “No estoy buscando una forma de salvar mi cuello del patíbulo que ustedes han preparado para todos en Irak. Si yo lo hubiese querido, habría aceptado la oferta rusa y habría salvado a mis hijos y nietos del martirio. No sé que ha sucedido con mi familia, mis hijas y nietos. Pero, créame, estoy más preocupado por cada ciudadano iraquí y el futuro del gran Irak que de mi familia y de mí mismo”. Estas palabras tienen la fuerza del valiente, del orgullo; Saddam Hussein y Muammar Khadafy son los últimos dos caballeros que el mundo podrá apreciar por siglos.

Afianzados a sus más primitivos apegos y creencias, allí donde nacen las primeras impresiones que acompañan a todo ser humano en el tránsito de la vida, Hussein y Khadafy, ya clandestinos y matreros, son capturados en sus ciudades natales, todo un símbolo de fidelidad y sujeción a la tierra de la niñez. Tikrit y Sirte vieron la humillación de estos dos mártires del Islamismo antisionista y antimasónico…pero no huyeron, no escaparon, no emplearon los contactos diplomáticos para refugiarse en países ajenos a la hecatombe, o ya comprados por el apabullante dinero del poder mundial. Prefirieron dar el ejemplo y morir de pie, pese al aquelarre que ambos padecieron ante las cámaras, ante los verdugos, ante la gritería extasiada por el servicio prestado al extranjero ladrón.

Saddam Hussein al-Tikrit fue llevado al patíbulo por encapuchados traidores que vieron su final; Hussein muere con un ejemplar del Corán en la mano, y con recio semblante. Era diciembre de 2006. Y el 20 de octubre de 2011, un video de celular muestra a un agonizante y totalmente empapado en sangre Muammar Khadafy, en medio de subversivos que se contentan con haber dado muerte al nacionalista que impidió el saqueo del petróleo libio y que engrandeció a la república durante décadas.



Que la humanidad en su sano juicio de vivas a estos dos nuevos mártires, verdaderos hombres de honor que no trepidaron ante el invasor y que fueron masacrados en plena resistencia y combate. Quizás un día se los reivindique para los tiempos de los tiempos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Wоw, fantаstic blog format! Hoω long haνe you ever
been running а blog fоr? you made runnіng а blog
glance easy. The overаll glаnсе
οf your website is fantаstic, let alonе the contеnt!



Hеre is my weblοg ... V2 Cig Review

Anónimo dijo...

An impreѕsіve share! I have јust fοrwaгԁed thіs
onto a fгiend who ωas conducting a little rеѕearch on this.

Аnd he іn fact bought me dіnner becausе I stumbled upοn іt for hіm.
.. lol. So let me reword this.... Thank YOU for the meal!
! But yeah, thanks for spending some time to talk about
this mаtter heгe on your web page.

My sіte - V2 Cigs Reviews
Also see my site - v2 cigs reviews

Anónimo dijo...

vete a la mierda. estos socailistas arabes apoyaron la basura montonera.