domingo, 5 de junio de 2022

MEDALLA PERONISTA “A LA MADRE”, EJEMPLO DE DEFENSA POBLACIONAL

 


Contrariamente a lo predicado desde 1916 por Planned Parenthood, desde 1948 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y, especialmente, desde la aparición del Informe Kissinger de 1974, que tendían a la supresión biológica de la población “indeseable” a los fines de la economía globalista, el teniente general Juan Perón planteó la necesidad, cada vez que gobernó la Argentina, de implementar políticas de natalidad y de defensa irrestricta de la institución familiar.

En El Modelo Argentino para el Proyecto Nacional (1974), Perón afirmaba: “Pese a los embates de una creciente anarquía de los valores esenciales del hombre y la sociedad que parece brotar en diversas partes del mundo, la familia seguirá siendo, en la comunidad nacional por la que debemos luchar, el núcleo primario, la célula social básica cuya integridad debe ser celosamente resguardada”. Además, “El estado tiene la obligación especial de adoptar medidas decisivas de protección de la familia y no puede eludir ese mandato bajo ningún concepto”, sostenía el conductor. 

Si se le añade a lo dicho, también pensado por Juan Perón, de que el mundo marchaba hacia una superindustrialización y que, por eso mismo, las potencias que todo lo fagocitaron para su provecho iban en búsqueda de aquellos recursos naturales de zonas donde escasea la población –mutilada adrede, mediante el fomento de la “cultura de la muerte”, para que no estorbe los planes de la sinárquica economía globalista-, entonces con más razón aquél defendía la procreación de argentinos. 

En consonancia con una postura cristiana y humanista, el teniente general Perón impuso entre otras distinciones, la Medalla Peronista “A la Madre”, donde se homenajeaba a aquellas mujeres que tenían cierta cantidad de hijos que se ‘daban a la patria’. Al caso de la imagen (señora M. L. Córdoba de Acuña), debe sumarse el de otras madres galardonadas y reconocidas por el gobierno peronista desde 1948 hasta 1953, a saber:

 *) 1948: M. L. Córdoba de Acuña

*) 1949: Cantalicia Maso de Rodríguez y Nieves L. Faijó

*) 1950: Wenceslada Romero de Soto

*) 1953: María L. G. de Giménez y Arsenia B. de Rodríguez 

En el primero de los casos, la Orden Nº 1 fechada el 16 de octubre de 1948, suscrita por Perón, fundamentaba del modo siguiente los méritos que le hicieron acreedora, a la obsequiada, de la Medalla Peronista “A la Madre”: 

“A la señora M. L. Córdoba de Acuña: madre de 16 hijos; que sacrificó su vida al dedicarle a su hogar sus afanes, dolores y alegrías; dejando de lado las comodidades u holgorios que podría ofrecerle la existencia, haciendo del cuidado de sus hijos el principio y fin de sus anhelos; superando todas las ingratitudes del luchar diario y radicando la razón de ser de su felicidad en el crecimiento sano de todos sus hijos. Se le concede la Medalla a la Madre.” 

La misérrima traición de los desgobiernos nacionales totalmente entregados a los lobbies internacionales, que financian la “cultura de la muerte” a través del aborto, la eugenesia, la droga, el libertinaje y la psicosis colectiva, desviaron los fundamentos argentinos de la doctrina peronista. 

 

Por Mil Descamisados

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